Reclusa Parda: cocina oaxaqueña de autor y buenos mezcales, sin pretenciones

Platos sencillos y honestos, elaborados con mucho corazón. Exquisitos mezcales artesanales y exclusivos. Un ambiente relajado y muy a gusto. Esto es lo que encontramos en Reclusa Parda, un nuevo restaurante estilo cantina que abrió en enero 2020. Una propuesta que surge como resultado de la mezcla entre lo contemporáneo y lo tradicional, sintetizando los rasgos típicos de la coctelería mexicana y tomando como apéndice la cocina tradicional oaxaqueña.

Cada plato, creación del chef y jefe de cocina Alan Morales, está elaborado con insumos locales y oaxaqueños de pequeños productores, apegados a la temporada, el comercio justo y la sustentabilidad. En ese sentido, los platillos pueden variar según la estación, lo que dota a la carga de dinamismo y sorpresa. Coloridos, saludables, ricos en texturas y sabores… Puedo decir que cada plato es una interesante delicia. Los sabores y mezclas de los ingredientes, sencillos en apariencia, resultan creaciones placenteras en todos los sentidos.

Las recetas son simples, pensadas para compartirse y prepararse de forma rápida, como si de una cantina se tratara. Todo lo que probé estaba buenísimo. Para abrir boca, ordenamos un guacamole de la casa con totopos de tortillas de maíz criollo hechas en casa. El polvo de chile espolvoreado encima le da un toque muy rico. Y un fundido de queso Monterrey Jack y quesillo de Etla con chapulines y chicatanas. Las salsitas para acompañar los tacos están buenísimas todas. Me gusta que pican, es raro encontrar buenas salsitas picantes. La de habanero fue mi top.

La ensalada de romeritos con acelgas, flor de calabaza, rábanos y tomates con aderezo de chicatana me fascinó. Jamás pensé que crudos supieran tan bien.

Y la emulsión de hierbas frescas, manzana y pepino del aguachile verde con camarón, uff, estaba sensacional.

De postre, probé un arroz con leche que tiene tres capas: una de arroz con leche tradicional, luego espuma de arroz con leche y canela. Y por último granos crocantes de arroz con ralladura de limón. De dulzor perfecto, nada empalagoso y ligero, el juego de texturas y sabores resultó el final perfecto de una comida estupenda.

Próximamente Reclusa Parda ofrecerá un menú de comida -de 13:30 a 18:00 horas- con platos más sustanciosos. Alán Morales está diseñando el menú aún, pero me adelanta que seguro se queda un pollito dulce con mole y un helado de elote magistral, que propuso una cocinera del equipo. Porque, me comparten, que en Reclusa Parda incentivan a todo el equipo para proponer ideas de recetas para platos y cocteles. Habrá que probar este nuevo menú, aunque bien puede uno comer muy bien a cualquier otra hora compartiendo al centro tres o cuatro platos de la carta original.

La especialidad en el bar son los mezcales, elaborados de forma sostenible y artesanal por pequeños productores oaxaqueños en exclusiva para Reclusa Parda con pequeños lotes de agaves silvestres y cultivados, según la existencia. Como sus mezcales son de pequeña producción, las variedades se van terminando y van llegando nuevas botellas, así que siempre hay un nuevo mezcal que probar. Hay Jabalí, Tobalá, Madrecuishe, Tepeztate, Biscuishe y espadín solo o ensamblado con otros agaves.

Puedes degustar el mezcal derecho -una gran opción para los amantes del destilado- o en cocteles. La oferta es muy innovadora; las mezclas son interesantes, bien pensadas y están diseñadas con esmero. Cada mes hay dos especialidades.

Te presento tres, todos muy diferentes para gustos variados. Los dos cocteles de febrero -Xibalba y Death for Maco-; y Mestiza, que fue el coctel especial del mes pasado.

Los cocteles incluyen mezcal u otro destilado mexicano, como sotol, charanda, tequila, whisky de maíz de Oaxaca, ron artesanal de la Huasteca Hidalguense y ginebra hecha con una mezcla de chiles. También hay cervezas artesanales -tienen Monstruo de Agua- y una variedad de destilados y licores, así como Mocktails.

Ya sea para comer o para beber un trago acompañado de estupenda buena comida y un ambiente muy desenfadado, recomendamos mucho este lugar poco pretencioso y creado con mucha pasión, visible en cada rincón y detalle.