La subcontratación en México es un fenómeno transversal que trastoca los sectores laboral, empresarial, económico y social, cuyas dimensiones necesitan ser cuantificadas, ponderadas y abiertas para su comprensión y análisis.
El día que se realizó el primer Parlamento Abierto en materia de subcontratación laboral convocado por el Senado, el 12 de febrero de este año, el tema se convirtió rápidamente en tendencia en Twitter. No es para menos. La subcontratación laboral representa el 42% del empleo formal en el país, esto equivale a 8.4millones de trabajadores, de acuerdo con la asociación especialista en el tema TallentiaMX, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La Ley Federal del Trabajo (LFT), en su artículo 15-A, describe al régimen de subcontratación como “aquel por medio del cual un patrón denominado contratista ejecuta obras o presta servicios con sus trabajadores bajo su dependencia, a favor de un contratante, persona física o moral, la cual fija las tareas del contratista y supervisa el desarrollo de los servicios o la ejecución de las obras contratadas”.
Gracias al Estudio sobre la subcontratación, tercerización y outsourcing en México, realizado en el 2019 por el Colegio de México (Colmex), la investigadora Landy Sánchez puede afirmar, con datos recabados del 2004 al 2014 a través de los Censos Económicos del INEGI y encuestas, que existen 4.2 millones de establecimientos económicos, de los cuales, 75,842 declararon tener personal subcontratado.
Javier Treviño Cantú, director general de Políticas Públicas del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), destaca que gracias a dicho estudio del Colmex, se conoce que la subcontratación legal representa casi el 25% del personal remunerado total de las empresas, y se encuentra muy arraigada en algunos sectores de la economía, como los servicios financieros, transportes, industria electrónica y de computación, medios de comunicación, minería, aeronáutica e industria automotriz, entre otros.
Sin embargo, saber exactamente cuántas empresas trabajan mediante subcontratación en México es un dato que el propio Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) desconoce, “incluso el gobierno no lo tiene, esa información la va a arrojar precisamente esta nueva retención del impuesto de la subcontratación del 6% del IVA”, afirma Elías Micha, director general de TallentiaMX, Asociación Mexicana de Empresas Líderes de Talento Humano con más de 25 empresas afiliadas que emplean a cerca de 30,000 trabajadores.
El número de subcontratados que proviene del Inegi está representado como perteneciente a otra razón social, y a los servicios de apoyo, “que sería el mundo donde se mueve la subcontratación, pero sólo contempla el sector privado y a las empresas paraestatales, habría que decir que los gobiernos federales, estatales, municipales, han sido y siguen siendo usuarios intensivos de subcontratación; nosotros calculamos que el 20% de la gente de gobierno está tercerizada”, apunta Micha.
De acuerdo con TallentiaMX, de los 670,000 nuevos puestos formales creados anualmente, entre el 2013 y el 2018, 222,000 se dieron bajo el esquema de subcontratación en México.
Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del 2003 al 2020, la tasa promedio anual del aumento del empleo formal ha sido del 3.3%, el Inegi reporta que la subcontratación ha alcanzado un crecimiento del 9.6% anual.
Federico Anaya, coordinador de la Comisión de Derecho de la Empresa del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México, estima que el 90% de las empresas mexicanas usan outsourcing.
Se trata de un fenómeno que “se diversificó y expandió a lo largo de distintos subsectores de la economía mexicana”, señala Landy Sánchez, investigadora del Colmex, quien también destaca que la actividad se encuentra “híperconcentrada” en empresas medias y altas, es decir, en establecimientos maduros.
“De lo que a mí no me cabe la menor duda es que la subcontratación laboral representa mucho en términos de trabajo, es un generador neto de empleos formales, en términos de insertar al trabajador en su primer empleo con la posibilidad de seguir con su vida laboral, de que lo capacite, y es una parte fundamental del crecimiento de la economía”, destaca Micha.
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Una de las ideas que circulan en redes es describir la terceriarización como sinónimo de ilegalidad, pero la subcontratación laboral en México es una actividad perfectamente legal, bien tipificada en los artículos 15-A, 15-B, 15-C y 15-D de la LFT y en el 15A de la Ley Federal del IMSS, afirma Micha.
En su opinión, las acusaciones de defraudación y subregistro ante el IMSS son generalizadas en el mundo laboral, que incluso ocurren de manera más frecuente en la contratación ordinaria, “no son exclusivas de la subcontratación laboral, aunque no quiere decir que en ésta no las hay, simplemente la contratación ordinaria es mucho mayor que la subcontratación, de 21 millones que están inscritos en el IMSS como empleados formales, calculamos que el 42% está en subcontratación, es más grande el universo y mucho más generalizadas estas prácticas en la contratación ordinaria”, subraya Micha.
El propio titular de la Unidad de Trabajo Digno, Alejandro Salafranca, ha reconocido que ambos delitos no son inherentes a la subcontratación, pues también están presentes en las relaciones laborales ordinarias.
La subcontratación laboral se convierte en ilegal, como cualquier otro ámbito, cuando alguien quebranta la ley, pero “si estamos en una industria que ha sido satanizada por evasiones al fisco y subregistrar, quienes lo hacen la convierten en ilegal, y es lo que le ha dado una imagen a la industria que nosotros queremos limpiar”, destaca Micha.
Información tomada de esta nota del sitio online de factor Capital Humano
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