La larga y colorida historia de Malta se remonta a los albores de la civilización humana, aquí pasado y el presente caminan de la mano.
La larga y colorida historia de Malta se remonta a los albores de la civilización humana… aquí pasado y el presente caminan de la mano entre las estrechas calles serpenteantes, imponentes fortalezas y caprichosas bahías.
Por Melanie Béard.
Las islas maltesas parecerían sacadas directamente de una historia mítica; aquí y allí se alzan megalitos, mazmorras medievales, torres medievales, capillas al borde de los caminos y fortalezas imponentes. El archipiélago de Malta se encuentra prácticamente en el centro del Mediterráneo y está formado por tres islas: Malta, Gozo y Comino.
Las islas maltesas atravesaron un período neolítico dorado, cuyos restos incluyen los misteriosos templos dedicados a la diosa de la fertilidad. Más tarde, fenicios, cartagineses, romanos y bizantinos dejaron sus huellas en las islas. En el 60 d.C., San Pablo naufragó en la isla mientras se dirigía a Roma y llevó el cristianismo a Malta; su presencia esta esparcida en cada rincón con impactantes iglesias antiguas.
Por aquí también pasaron los árabes, los nórmanos, los aragoneses, la famosa Orden Soberana y Militar de San Juan de Jerusalén que gobernó Malta desde 1530 hasta 1798, los franceses y finalmente los ingleses. Un caleidoscopio de culturas, la riqueza de la historia de Malta se ve rivalizada solamente por su abundancia de espacios de belleza natural inimaginables.
Malta ha sido descrita con razón como un museo al aire libre, donde el turquesa del mar refleja las edificaciones de piedra caliza con vista a grandes bahías. Con un clima magníficamente soleado, playas increíbles, una vida nocturna divertida y 7,000 años de historia fascinante, hay una infinidad de cosas que ver, hacer y descubrir, sumergiéndonos en una cultura sin igual en todo el mundo.
Valleta, ciudad de caballeros y guerreros en Malta
El lugar donde la historia de la isla se fusiona con su moderno y divertido presente es St. Julian’s, una zona repleta de vida, restaurantes, bares, casinos y hoteles. Enclavada entre el mar Mediterráneo y el puerto de Portomaso, se encuentra la zona más activa de este pequeño país. Aquí me hospedé en el hermoso Hilton Malta, un oasis permanente, abierto todo el año, que nos consiente y sumerge en el moderno estilo de vida de Malta.
Una enormidad de influencias que han dejado su huella en la cultura ancestral del país y están presentes en el original diseño del hotel: arcos blancos, balcones y tres restaurantes reflejan la ecléctica alma del destino y las increíbles vistas al mar son un recuerdo constante de la peculiar ubicación de la isla: a 93 kilómetros al sur de Sicilia y a 288 kilómetros al norte de África.
Disfrutadas desde el lujoso Lounge Ejecutivo, las vistas panorámicas de St. Julian’s son la joya de la corona de mi estancia. Un espacio cómodo, sofisticado y contemporáneo, el hotel fue mi punto de partida para explorar las miles de maravillas salpicadas por toda la isla de Malta – la isla más grande de las tres y el centro cultural, comercial y administrativo del país. Su ubicación en el centro del Mediterráneo le ha dado históricamente una gran importancia estratégica como base naval, tanto en tiempos modernos como en épocas pasadas.
Un portal a uno de los miles de mundos que habitan esta pequeña joya del Mediterráneo, Hilton Malta nos lleva de la mano a descubrir un sin fin de maravillas, creando una sinergia fascinante entre el pasado y el presente, la historia y la modernidad. El resultado de este caleidoscopio, de esta mezcla de estilos y culturas, es un destino infinitamente seductor y completamente inolvidable.