La arquitectura española tienen una estética peculiar. En este listado te presentamos los edificios más extraños de España.
En el mundo hay muchos edificios que podríamos calificar de raros, curiosos, futuristas, feos o extravagantes, por poner algunos adjetivos. Ya lo dice el refrán, que para gustos, los colores… Por tal motivo seleccionamos los edificios más extraños de España.
Este peculiar complejo residencial de lujo en Ibiza es obra del reconocido arquitecto Jean Nouvel, autor de otros edificios tan emblemáticos como la Torre Agbar de Barcelona. El Boas de Ibiza tiene una ubicación privilegiada, está en el paseo marítimo, a primera línea de mar y junto al puerto deportivo Marina Ibiza. El complejo tiene más de 35.000 m² y 300 viviendas repartidas en dos edificios.
Este transgresor edificio alberga ‘La Ciudad del Vino’ que se encuentra en el municipio de Elciego, Álava. Se trata de un proyecto de la conocida Bodega Marqués de Riscal, la más antigua de la Rioja. El responsable de la obra es el arquitecto Frank Gehry, ya conocido en España por su trabajo en el Museo Guggenheim de Bilbao.
El espectacular Auditorio de Tenerife lleva el sello del tan famoso como polémico arquitecto Santiago Calatrava. Su construcción comenzó en 1997 y finalizó en 2003, convirtiéndose en todo un símbolo arquitectónico de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y del Archipiélago Canario entero. Su forma da pie a múltiples interpretaciones: para unos, representa una ola; para otros, la luna sobre el mar.
El Teatro-Museo Dalí es, probablemente, uno de los edificios más raros o excéntricos de España, sobre todo si tenemos en cuenta que se inauguró en el 1974. El museo es, en sí mismo, un objeto surrealista. Lo que más llama la atención es el exterior del museo. Las paredes están cubiertas por panes de tres picos, que son típicos de la zona. La fachada, está coronada por unas esculturas de huevos enormes, que se alternan con unos maniquíes dorados que tienen los brazos extendidos en distintas posiciones. No obstante, el elemento más emblemático es la cúpula geodésica que corona el edificio. Según Dalí, se trataba de una ventana a los otros mundos más allá de la Tierra y al alucinante mundo del surrealismo.
Este singular edificio se encuentra en la zona residencial de Sanchinarro, en Madrid. El edificio es conocido como el edificio tetris, y no es de extrañar, ya que su forma nos recuerda irremediablemente al juego de la Nintendo. Es obra de los arquitectos holandeses MVRDV en colaboración con Blanca Lleó. Tiene 21 plantas y un mirador para contemplar la sierra madrileña de Guadarrama. El mirador fue, precisamente, la parte más difícil de ejecutar en la obra. La estructura de acero de 210 toneladas tiene unas dimensiones de 40 metros de largo por 12 metros de altura.
En el corazón del distrito empresarial y tecnológica 22@ de Barcelona se erige, entre otros el edificio Media Tic, una oda futurista que fue construida en el 2007 y diseñada por el despacho de arquitectura Cloud-9. El edificio, que bien podríamos decir que parece una sonda espacial, fue diseñado y construido digitalmente por procesos CAD-CAM, y se concibió como un punto de encuentro para empresas e instituciones del mundo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC).
También en Barcelona se encuentra la Torre Marenostrum, obra póstuma del arquitecto Enric Miralles, diseñada conjuntamente con la arquitecta italiana Benedetta Tagliablue, y que alberga la sede de la compañía Gas Natural. Su forma, que recuerda a un martillo, tiene un efecto curioso: según el ángulo desde donde lo mires, parece un edificio completamente diferente. Pero, al observarlo atentamente, se evidencia que la Torre, en realidad, está compuesta por tres edificios de cristal ‘ensamblados’ entre sí.
En medio de Ceuta, en un entorno urbano que no es precisamente moderno, se levanta este edificio de viviendas “pret a porter” vanguardista y a todo color. Es tan diferente a los demás, que se ve a kilómetros. Todas las viviendas que alberga son diferentes, fueron configuradas a petición del comprador, pero siguiendo la estrategia de los arquitectos. La ‘piel’ del edificio son paneles móviles y giratorios, que permiten la oxigenación de la vivienda y configuran un espacio privado que puede ser cambiante y variable.