Dicen por ahí que “lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas”, ¿será cierto? Yo cambiaría este dicho por: lo que pasa en Las Vegas se queda en whatsapp, facebook, instagram y twitter; por eso, ahora que visité la ciudad del pecado mantuve mis fotos y mi cobertura online al mínimo, más vale prevenir que lamentar, ¿cierto?
Sin querer parecer pretenciosa, puedo confesar que muchas vacaciones de mi infancia las pasé en Las Vegas, mi papá era un gran fanático, también un gran jugador, suertudo el muchacho… Así que era común visitar estas tierras desérticas a menudo -culpen a mi padre por mi profundo cariño a Las Vegas- y cada vez que viajo a esta ciudad, me quedo con anécdotas maravillosas que no tienen que ver únicamente con las apuestas, la vida nocturna, el alcohol o las compras desmedidas; no importa con quién vaya: mi mamá, mi novio o mis amigas, siempre la paso excelente. Las Vegas es un lugar en el que, sin importar qué edad tengas, encontrarás motivo ideal de diversión: se come bien, se compra bien, los hoteles son geniales, hay una gran variedad de actividades para todos los bolsillos, shows y dinámicas desde montañas rusas hasta antros de mala muerte, ¡así de versátil! La gran atracción más reciente que encontré es el High Roller, la rueda de observación más grande del mundo -algo similar al London Eye en Inglaterra- cada cabina aloja a 40 pasajeros, que disfrutan de una vista increíble y el recorrido dura media hora, ¡vale la pena!
Si tuviera que recomendarles dos shows les diría que mis predilectos son: Le Rêve y Zarkana. Hablando de gastronomía, la lista es más grande, sin embargo, lo mejor que he encontrado para desayunar como todo un campeón es el buffet de el ARIA, las hamburguesas BLT en el Mirage son ideales para comer y si buscan una cena espectacular, aunque un poco cara, pueden reservar en el STK del Hotel Cosmopolitan. En cuanto a hoteles, hay diversas opciones, y como en gustos se rompen géneros, en lo personal, soy de las que pruebo uno distinto en cada visita. Ya casi logro hospedarme en todos –espero lograrlo-, y sin duda, mis favoritos son ARIA, Bellagio y Mirage. Este último me parece que tiene el mejor costo beneficio y su ubicación en el strip es perfecta, céntrico y con todas las amenidades necesarias.
Si hablamos de pool parties de primer nivel, les sugiero darse una vuelta por el Hotel Cosmopolitan, de lo más cool y la vista es top, top! Aunque si se quiere entrar en un mood más retro y lanzarse de un tobogán rodeado de tiburones en una pecera gigante, vayan al icónico Golden Nugget, en la parte vieja de la ciudad, no se van a arrepentir. Ya que están por ahí pueden presenciar el show de la pantalla gigante que atraviesa Fremont Street, y el viejo distrito de casinos, una experiencia vintage y una remembranza al Vegas de los años 50. Para el shopping, la lista es inmensa, los Premium Outlets pueden ser el punto de inicio, y en el Fashion Mall encontrarán aquellos extras que siempre “se pegan” en el camino. En los distintos hoteles también es posible contar con las mejores tiendas, el lujo en su máxima potencia: joyerías, tiendas de alta moda, arte, accesorios exclusivos, simplemente lo mejor de lo mejor, en una zona reducida, ¡encontrarán de todo! Yo me vuelvo loca cada que paseo por el Wynn, el Caesars Palace, Encore, Venetian, o el que sea, algo así como niña en dulcería, tal cual. Para alimentar a nuestro pecador interno, están lugares irreales, surreales y fantásticos como Las Vegas; total, dicen también que: poco veneno no mata, ¿están de acuerdo?