El Glass House Café ubicado dentro del St. Regis de Reforma ha llevado el ritual de la hora del té a otro nivel. Con una […]
El Glass House Café ubicado dentro del St. Regis de Reforma ha llevado el ritual de la hora del té a otro nivel. Con una propuesta que evoca la mítica historia de Lewis Carroll: Alicia en el país de las maravillas, cada viernes a las 4 de la tarde se conmemora esta práctica que en su inicio solo era una costumbre de la aristocracia británica, para convertirse en un hábito cada vez más frecuente en distintos puntos del mundo.
A cargo de la chef Paulina Abascal, el Glass House Café luce lleno de postres coloridos y cupcakes que recrean a los personajes del país de las maravillas. Esta es una forma de rendir honor a los 150 años de la historia de Alicia en el mundo de la literatura, acompañada de una casa francesa de tés: Dammann Frères, cuya historia se remonta a 1962 cuando Luis XIV reinaba Francia.
La unión entre una tradición inglesa con té francés de calidad suprema y la expertisse repostera de Paulina Abascal, se encuentran en perfecta sincronía para dar a los asistentes una experiencia envolvente del viejo continente. Con vista a la Diana Cazadora, el Glass House Café estará ofreciendo este ritual de cuento cada viernes a las 4 de la tarde, hasta diciembre de este año. Posteriormente se seguirá haciendo el ritual del té, pero la temática de los cupcakes será distinta a la historia de Alicia.
En primer lugar, se selecciona una de las variantes de Dammann Frères: té blanco, verde, herbal, negro y oolong. Con delicados acentos de caramelo, frutas o flores, envuelven al comensal con su aroma al primer acercamiento. Según el tipo de té, requiere de 3 a 5 minutos para dejar que el sabor se mezcle en el agua. Por ello, se presentan unos relojes de arena para dar seguimiento a la indicación y posteriormente, se retira el infusor para que las hojas no se amarguen.
Colocados en un stand, se encuentran los indispensables acompañantes del té que por tradición son sandwiches y scones. Los hay de pepino, quesos, salmón, atún y jamón serrano; mientras que los scones se acompañan de mermelada y crema, previo a la degustación de los cupcakes que engalanan el momento con su decoración detallada que hacen de este, un ritual único y lleno de deleite a los sentidos: la vista por las figuras familiares de la historia de Alicia y los colores de los macarrones y chocolates que se pueden encontrar, el olfato por las notas del té que elegimos en un inicio, el tacto por la temperatura ideal en que el té se mantiene dentro de la tetera, el oído por la calma indiscutible del lugar que contrasta con el movimiento que vemos en la ciudad cada viernes y por supuesto, el gusto, que salta de lo salado a lo dulce y lo exquisito en esta degustación de teína.
Por si fuera poco, Dammann Frères acaba de cumplir un año en nuestro país hace un par de días y la variedad de tés que ha traído de la mano de Paulina Abascal al Glass House Café, hace de este un sitio de culto ideal para dejarse consentir después de una semana de agendas apretadas. Es, en verdad, un rincón de culto para los amantes del té y las costumbres del mundo. Sin duda alguna, la historia de Alicia habría sido muy distinta sin la compañía del sombrerero loco y sus constantes fiestas de té. Ahora es posible ser parte del cuento, o más bien, sentirse parte de él.
Por Ingrid Cubas
@ingrid_cb