Te contamos más sobre la salazón, un método milenario surgido en Egipto para conservar alimentos por largos periodos de tiempo.
La salazón es un método de preservación de alimentos con la finalidad de que éstos se encuentren disponibles para el consumo durante mayor tiempo. Para llevar a cabo la salazón es necesaria la deshidratación parcial de los alimentos, el refuerzo del sabor y la inhibición de algunas bacterias.
Por Scarlette Trejo
Aunque con la salazón existe la posibilidad de preservar frutas y vegetales, lo más frecuente es aplicar en alimentos como carnes o pescados. Para este método de conservación se utiliza una mezcla de sal procedente de alguna salina, la cual es acompañada de nitrato sódico y nitrito. La finalidad de la aplicación de estos elementos es la eliminación de la humedad y la reducción del desarrollo de microorganismos.
Durante el proceso final de la salazón es común acompañar con especias como canela, semillas de eneldo o mostaza, orégano, etc., para otorgar mejor sabor a las carnes.
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El origen de este método es milenario, pues era practicado por los antiguos egipcios con el objeto de poder almacenar carnes y mantenerlas comestibles durante largos periodos de tiempo. Incluso hay evidencias de similares usos en la China de antes de Cristo.
Gracias a la salazón, la producción y comercialización de la sal fue una de las prioridades de las distintas potencias desde tiempos del Imperio Romano. De ahí que el término salario derive del latín “salarium”, pues a los trabajadores se les pagaba con sal para conservar sus alimentos.
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Pese a la modernización y surgimiento de refrigeradores y hieleras, este método aún continúa vigente. Se utiliza comúnmente para la preservación de jamones, anchoas, cecina y distintos pescados secos.