Los minni de Santa Ágata son unos pastelitos que representan el busto de Santa Ágata, una joven mártir que sufrió una terribe tortura.
El minni de Santa Ágata es un postre tradicional, religioso y festivo de Catania, un pueblo de la ciudad de Sicilia, en Italia, que cuenta una historia terrorífica, que irónicamente se plasma en un dulce pastelito.
Por Pamela Trejo.
Los minni de Santa Ágata son unos postres que provienen de las historia de una mártir.
Los mártires son aquellas personas que encontramos en las historias religiosas, que sufren persecuciones, castigos, torturas y por último la muerte, que es ocasionada por defender la causa de su gran fe hacia Dios, por lo que prefieren este último destino a renunciar a sus creencias.
Santa Ágata era una joven de quince años, originaria de Catania, este hermoso pueblo que se encuentra a la sombra del monte Etna.
En esos tiempos, se encontraba el senador Quintianus, un cruel político que quedó encantado con la belleza de esta quinceañera.
Al desear que fuera suya, hizo hasta lo impensable para que ella le ofreciera su amor; pero Ágata era un fiel devota a Dios.
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El terrible senador aprovechó la persecución de los cristianos por parte del gobernante Decio y logro capturar a la mujer deseada.
Cuenta la historia que Quintianus mandó cortarle los senos con una tenazas, a lo que ella respondió en cuanto lo vió, (según un artículo de Sam O´Brien): «Cruel tirano ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?».
Tiempo después, San Pedro le devolvió su busto, pero las torturas continuaron y finalmente la mataron un 5 de febrero, convirtiéndose así en una mártir.
Es en esta fecha es en dónde se consumen los minni de Santa Ágata.
La gran celebración, en nombre de esta santa, se celebra del 3 al 5 de febrero en esta región siciliana.
Los manteles largos se ponen en esta fecha, los pobladores llevan cargado la imagen de Santa Ágata con sus pechos amputados y dos gigantescos candelabros que alumbran celestialmente su imagen.
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Las panaderías, en conjunto con el festejo, comienzan con la producción y la venta de minni de Santa Ágata, que simbolizan los senos de la santa.
Estos pastelitos se elaboran con un bizcocho cortado de forma circular, posteriormente, se ponen en un molde semicircular, y una vez rígido, se le coloca encima una pasta de almendras con colorante verde.
Después, se rellena de una mezcla de queso ricotta con azúcar impalpable y es decorado con un glaseado blanco y una cereza en la punta, que como mencionamos con anterioridad, representar los bustos de Santa Ágata.
Los minni de Santa Ágata, son indispensables en esta celebración y aunque se realizan como figura conmemorativa de una historia violenta, también son merecedores de veneración, pues los fieles creyentes los consumen con la esperanza de estar cerca de la mártir de Catania.