María Estela de la Torre Borja empezó como gimnasta a los seis años, así venció sus miedos y dominó su cuerpo, volviéndolo fuerte y flexible.
María Estela de la Torre Borja empezó como gimnasta a los seis años. Este arte le enseñó a vencer los miedos y a dominar día con día su cuerpo, volviéndolo fuerte y flexible.
Por Raquel del Castillo @Raquel_Pastel, Foto Miguel A. Manrique @Mannfotografo y Román Gómez @playadura
“Es una parte fundamental en mi vida. Es una enseñanza que me hizo crecer a nivel personal y profesional. Es superar las metas que me proponía y saber lidiar con las lesiones que provocan los entrenamientos, porque sanar lleva su tiempo y hay que ser paciente”, dice Estela, quien ahora es narradora de su especialidad en la televisión abierta.
Gimnasta, clavadista y comentarista deportiva
Moscú 1980
Finalista All Around
Juegos Panamericanos de San Juan, Puerto Rico, 1980
Medalla de bronce
Premio El Heraldo de México, 1980
“Yo tuve como objetivo estar en las Olimpiadas. Con tenacidad lo alcancé. Me acuerdo de que en Moscú fui la única mexicana en esta disciplina”, Estela, una niña de dos coletas con pompones blancos, se impuso ante la mirada de todo el mundo con un payasito azul cielo, cuello blanco como de muñeca y el número 32 en su espalda. Su rutina con movimiento pícaros fue acompañada por un popurrí de música mexicana como “La Cucaracha” y alcanzó notas melancólicas, de ésas que vibran en el pecho cuando se escucha “Cielito Lindo”. “Escuchar eso en Rusia me llenó muchísimo. Después pasé a las finales en el All Around, un logro histórico para nuestro país, ya que ninguna mexicana ha llegado a esta etapa hasta la fecha”.
Desde 1988, debutó en la televisión como comentarista tanto de gimnasia artística como rítmica, clavados y nado sincronizado. Nos ha acompañado en las competencias celebradas en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sidney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008.