Los jumiles tienen un sabor ligeramente mineral y con una nota anisada, un poco fuerte para cualquier paladar. Para prepararlos lo primero es ponerlos al comal hasta que estén doraditos, después se les agrega sal y un poco de ajo o cebolla.
En taco, salsa o vivos es como se encuentran en los mercados a estos pequeños insectos, conocidos también como “chinches de campo”.
Por Fernanda Hernández @ferhernandez_v
Caminar entre las calles empedradas de Taxco es un momento de gloria que se disfruta, mientras en cada esquina se observan las pequeñas canastas llenas de queso de hebra, chocolate, hierbas y paquetitos de habas.
Entre ese caminar se escucha la suave voz de las señoras ofreciendo sus productos, que desde temprano salieron a recolectar de su huerto.
Pero su venta no solo queda en los productos del huerto, también preparan guisados, salsas y tortillas frescas. Al pasar lo primero que te ofrecen es un taquito de salsa y para tu sorpresa antes de que le des la primera mordida y dejes de salivar, te detienen y te invitan a probar un jumil vivo.
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El sabor es ligeramente mineral y con una nota anisada, un poco fuerte para cualquier paladar. Para prepararlos lo primero es ponerlos al comal hasta que estén doraditos, después se les agrega sal y un poco de ajo o cebolla. Se pueden comer directamente en taco o mezclados en la salsa para las personas poco familiarizadas con el sabor. También se agregan a la masa de tortillas o en tortitas de huevo con salsa verde.
Se recolectan a principios de noviembre y finales de febrero, durante la época de lluvia. Las chinches se adhieren a las hojas de encino, por eso su recolección es fácil. Se deben colocar en una cesta con un poco de agua para mantenerlos vivos, ya que la gente de la zona los busca de esta manera en el mercado.
Te invitamos a visitar los mercados en esas fechas para que conozcas más de nuestra gastronomía.