A veces nos referimos de forma indistinta a tés e infusiones, pero son diferentes y cada una tiene propiedades diferentes. Conoce los distintos tipos de te y los beneficios que aportan.
La única diferencia entre los tés verde, blanco, amarillo, negro u oolong radica en el tiempo de oxidación de las hojas provenientes de la Camellia sinensis: mientras más lo estén, más fuertes serán su color y su sabor. Se han usado por más de 5,000 años. Las infusiones, en cambio, se hacen con plantas, cortezas, frutas o flores. El té es la segunda bebida más consumida en el mundo.
Por Karla Lavariega
Origen:
Los orígenes míticos dicen que el viento hizo caer una hoja en el agua recién hervida del emperador chino Shennong y que el sabor le agradó mucho, pero el negro debe su nombre al color de sus hojas: son las más oxidadas y con mayor cantidad de cafeína.
Origen:
Los primeros registros sobre el uso del té datan de China, durante el primer milenio antes de Cristo. Desde el siglo XV, esta variedad no ha sido oxidada: sus hojas se recogen frescas y pasan por un proceso de tostado, prensado, triturado y secado. Los países asiáticos empezaron a hacer ceremonias del té para honrar la relación de los humanos con la naturaleza.
Origen:
Se sabe que era usada en el territorio que actualmente ocupa Europa desde tiempos muy antiguos y luego en civilizaciones como la egipcia, la griega y la romana. Es una de las plantas más populares, cuyo su consumo se ha extendido por todo el mundo.
Origen:
Se tienen registros de que desde el siglo VIII, el emperador Carlomagno dio instrucciones para que en sus campos se cultivara una serie de plantas, entre ellas ésta y la menta, que es del mismo género de la hierbabuena.