Existen distintas leyendas que relatan cómo se descubrió al café. Una de ellas, se sitúa en Abisinia (actualmente Etiopía) para contar la historia de un […]
Existen distintas leyendas que relatan cómo se descubrió al café. Una de ellas, se sitúa en Abisinia (actualmente Etiopía) para contar la historia de un pastor de cabras llamado Kaldi, que en un descuido, perdió a sus cabras.
Cuando aparecieron, estaban tan agitadas que Kaldi sintió la necesidad de indagar sobre qué podría haberlas puesto así. De pronto, notó que habían comido ciertos frutos rojos que colgaban de unos arbustos, hasta antes desconocidos por él.
Su curiosidad lo llevó a probar el fruto y para su sorpresa, sintió una excitación que lo llenó de energía y que además, le quitó el sueño antes de volver a casa. El testimonio de Kaldi llegó hasta oídos del Abad en el monasterio, que para probar del fruto, decidió preparar una infusión muy amarga para su gusto, por lo que la arrojó al fuego.
Conforme las frutas se consumían, despedían un aroma tan delicioso, que motivó al Abad a hacer una bebida distinta. Usando los frutos tostados, preparó una bebida que impedía a los monjes quedarse dormidos durante sus meditaciones nocturnas.
Rápidamente, el impacto de la baya se expandió a tierras lejanas, cuyos habitantes visitaban el lugar, ansiosos por probar este elíxir que dotaba de vitalidad y una sensación agradable desde su elaboración.
Por su parte, la historia nos confirma que el café comenzó a consumirse en Etiopía, llegando a los musulmanes hasta 1583, cuando un médico alemán llamado Léonard Rauwolf volvió de un viaje por el Medio Oriente y difundió su acercamiento a un brebaje fuera de lo común.
Rauwolf describía “Una bebida tan negra como la tinta, útil contra numerosos males, en particular los males de estómago. Sus consumidores lo toman por la mañana, con toda franqueza, en una copa de porcelana que pasa de uno a otro y de la que cada uno toma un vaso lleno. Está formada por agua y el fruto de un arbusto llamado bunnu”
La pasión con la que el alemán se refería a la bebida, incrementó el deseo del mundo entero por participar en esta experiencia a la que se le atribuían tantos beneficios y placeres. Por supuesto, sigue siendo motivo de fascinación en cualquier cultura que se diga poseedora de una buena cocina.
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Imagen de BBC