Es imposible pensar en chocolate mexicano y no hablar de Joserra, el pionero de los conceptos de chocolatería en el país y quien abrió el […]
Es imposible pensar en chocolate mexicano y no hablar de Joserra, el pionero de los conceptos de chocolatería en el país y quien abrió el panorama, junto con Luis Robledo, a las nuevas generaciones creativas. Él vio la necesidad de desarrollar Que Bo! Chocolatería Mexicana Evolutiva, su proyecto profesional y de vida sobre el cacao mexicano y su materia prima, en una época donde el panorama era malinchista y no existía el auge por lo nacional que hay actualmente. Nunca bajó la guardia y ha demostrado con trabajo su talento y su compromiso con el chocolate, mismos que le han ayudado a consagrarse como el embajador del cacao mexicano, según SAGARPA; Master Chocolatier, de acuerdo a la Université De Cergy-Pontoise; y también a posicionar a Que Bo! En el Club de Creuquers du Chocolat, la máxima guía mundial de chocolaterías.
Sin embargo, antes de convertirse en el hombre chocolate, estudió y trabajó la cocina salada en ciudades como México, París y Barcelona (de hecho fue reconocido como el mejor cocinero joven de Cataluña a los 23 años y premiado por el mismísimo Berasategui). En un break que se tomó de las largas y esclavizantes jornadas laborales, conoció al campeón del chocolate europeo y quedó sorprendido al ver su espectacular control del oficio “con tan sólo una espatulita”, cuando él requería mil instrumentos, pues estaba en boga lo molecular. Pidió que le enseñara y a partir de ese momento su vida cambió. Aunque empezó “de chalán”, aún la recuerda como una de las mejores temporadas de su vida: al terminar las actividades en el taller, finalizaba la jornada y no había que regresar al encierro tras los fogones.
“Al principio no sabía ni qué hacer con mi tiempo libre. Hice amistad con algunos viejitos catalanes que jugaban la petanca y me contaban historias escalofriantes de la Guerra Civil Española. Empecé a tener vida y amigos, desde la persona que manejaba el camión, hasta un bróker, un abogado y una actriz que vivían en mi misma calle. Ya no regresé a la cocina jamás”. Así, Joserra se enamoró del chocolate y de la calidad de vida que éste le permitía, pero más todavía de la máxima enseñanza que le infundió la cultura catalana: el amor por lo propio.
Con esta idea regresó a México y empezó a desarrollar su propio sentir en Que Bo!, hace nueve años. Bombones, trufas, bebidas con cacao y deliciosas colecciones por temporada componen la oferta de un recinto chocolatero mexicano por excelencia que al día de hoy lleva seis sucursales en la ciudad y planes de expansión a otros estados (y por qué no adelantarlo: países).
A la par, ha filmado nueve temporadas para el canal elgourmet.com, va por la publicación de su segundo libro y la producción de su tercer documental (ahora sobre un proyecto de rehabilitación de plantíos ilícitos y sustituciones por cacaotales en Colombia), participó en la reciente edición colombiana de MasterChef Junior y acaba de lanzar su canal: Mi Cocina. Imparte clases de chocolatería amateur y profesional, organiza catas y experiencias íntimas donde pone a todos a cocinar, además de que colabora activamente con SAGARPA para el nuevo proyecto del cacao mexicano y con otros grandes activistas gastronómicos como Rick Bayless. Sin duda, un visionario del cacao, cuya historia pareciera haberla escrito el mismo Roald Dahl.
FACTOR PERSONAL:
Texto de Fernanda Balmaceda, Fotografías de Víctor Ayala @VictorAyala
@fer_balmaceda