Nada peor que cocinar algo rico, pero que no tenga una consistencia correcta. Si te ha pasado, sabrás que un problema frecuente es que algún […]
Nada peor que cocinar algo rico, pero que no tenga una consistencia correcta. Si te ha pasado, sabrás que un problema frecuente es que algún guiso quede demasiado líquido, cuando debe estar espeso.
Por suerte, hay varias soluciones naturales que pueden ayudarte a salir del apuro. Hoy te contaremos de ellas.
Como se trata de un producto que tiene mucho almidón, resulta perfecto para darle consistencia a tus preparaciones. Lo único que tienes que hacer es agregarlo a un caldo sopa o puré, diluirlo perfectamente y esperar a que tu receta siga cocinándose, hasta que la harina surta efecto.
El huevo como espesante funciona perfectamente para postres y sólo cuando se usa la yema. Si tienes en mente hacer una natilla, por ejemplo, es lo mejor que puedes elegir para hacerla más espesa y rica.
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Una variante del uso de la harina sola es preparar un roux, que no es más que una mezcla de mantequilla con el polvo, hasta lograr una especie de masa grumosa. Esta combinación también ayuda a espesar en cuestión de minutos.
Así como lo lees: la maicena. Ésta debe agregarse también una vez que el líquido esté caliente, y revolver hasta lograr que quede espeso. Lo único que debes saber es que la fécula de maíz suele aportar una consistencia arenosa a los platillos donde se adiciona. Si no tienes problema con eso, usarla será una gran herramienta.
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El punto para que contribuya a hacer más espeso un plato es agregarlo rallado. Entre más fino quede el pan, mucho mejor. Esto último, preferentemente cuando necesites que tus salsas queden totalmente tersas y uniformes. Sólo recuerda que el pan sí aporta un sabor muy específico.
La razón de que la papa sea tan buena como espesante también tiene que ver con el hecho de que tiene mucho almidón. Lo que debes hacer para aprovecharla al máximo es cortarla en cubitos muy pequeños. Con esto lograrás que haya mucha más superficie de contacto que segregue la sustancia espesante, una vez que sumerjas la papa en el caldo hirviendo.