Ante todo, Chilangas Hambrientas es un hobby por amor. Este año publican su primer libro, El Gran Libro Botanero, una recopilación de sus botanas favoritas entre las que han probado en los mejores restaurantes de la Ciudad de México.
Ante todo, Chilangas Hambrientas es un hobby por amor. El proyecto comenzado por Alexandra y Chío siempre ha tenido como esencia principal un profundo amor a la comida y la necesidad de encontrar los mejores sazones mexicanos.
Por Michelle López – @Mich_Lv
Este año publican su primer libro, El Gran Libro Botanero, una recopilación de sus botanas favoritas entre las que han probado en los mejores restaurantes de la Ciudad de México. Y no se trata sólo de imágenes para hacernos agua la boca: cada chef ha aportado las recetas de su respectiva botana y consejos sobre cuál es el momento perfecto para servirla, así como un poco de la historia detrás de su creación.
El libro está dividido en categorías: por si se te quema el agua, por si logras entrar a la cocina sin salir ileso, o por si puedes mover ollas e ingredientes con cierta dignidad. “Es tan difícil o tan fácil como uno quiera,” explica Alexandra. De esta forma cualquier persona que ame la cocina puede participar en ella sin sentirse limitado
Pero este hobby ha tenido una larga carrera: durante casi cinco años Chío y Alexandra se han dedicado a compilar, guardar, apuntar y sobre todo probar una serie de platillos hasta dar con los mejores de cada tipo. Ya conocían a los chefs y la idea de concretar un libro salió de la cercanía de la amistad que existió primero. En El Gran Libro Botanero nos comparten algunos de sus favoritos y junto con las recetas el lector recibe también un poco de las experiencias vividas.
El Gran Libro Botanero tiene un sabor casual y espontáneo, desde la cercanía del lenguaje hasta lo tradicional de sus recetas e ingredientes. Toda la producción fotográfica se realizó en cuatro días y buscaron que las imágenes fueran lo más naturales posibles para que la protagonista fuese la comida sin filtros de por medio.
Dentro de los platillos mencionados en el libro las Chilangas han hecho molletes y guacamole, aunque reconocen que su rol es ante todo el de comensales. “Yo no cocino, más bien me gusta comer,” explica Alexandra. Chío sí hace pastas de vez en cuando, pero su misión está enfocada en encontrar los platos más deliciosos y reconocer el trabajo de quienes los preparan.
Si por las chilangas fuera, harían veinte libros más. De momento, el plan que quieren concretar es al menos un ejemplar de postres, pues es un área que se quedaron con el antojo de explorar en su ópera prima.
El Gran Libro Botanero es una publicación de Editorial Planeta ya disponible al público.