Previo a tomar el almuerzo, la soberana de Inglaterra toma un par de bebidas. La primera es una copa de vino. la segunda, un coctel hecho con ginebra, Dubonnet, hielo y limón
Uno de los secretos de la realeza mejor guardados ha salido a la luz. Nos referimos al menú de la reina Elizabeth II. Esto fue revelado por Darren McGrady, uno de los cocineros reales.
La primera revelación de este chef monárquico, no deja de sorprender a propios y extraños, al señalar que en realidad la reina Elizabeth no es una amante de la comida.
La monarca empieza su día con galletas y té Earl Gray. Esta bebida se obtiene de algunas variedades del té negro procedente de la India, y se aromatiza con bergamota. Después, su majestad toma cereal o tostadas con mermelada en el comedor privado del Palacio de Buckingham. En ocasiones, esta rutina se rompe y la reina pide huevos rojos revueltos, nunca blancos porque, según ella, no tienen sabor.
También ve: Restauran el jardín privado de María Antonieta
Antes del almuerzo, la soberana de Inglaterra toma un par de bebidas. La primera es una copa de vino; la segunda, un coctel hecho con ginebra, Dubonnet, hielo y limón. Ya estimulado el paladar, solicita que le sirvan pescado con verduras y espinacas. Algunas veces pide que como aperitivo le lleven zanahorias, las cuales deben estar finamente cortadas.
Como toda buena representante de las costumbres inglesas, la reina acostumbra dedicar una parte de la tarde a tomar té. Esta bebida la puede acompañar con una rebanada de pastel de chocolate. Asimismo, para esta hora especial, los chef reales tiene la orden de preparar sándwiches de salmón ahumado, huevo con mayonesa, jamón y mostaza o atún. Estos bocadillos siempre deben tener las cortezas cortadas.
Para la cena, Elizabeth II ordena pescado, faisán o venado. Además, frutas frescas, como fresas o frambuesas, las cuales se cultivan en el castillo de Balmoral, en Escocia. Para acompañar estos platillos toma una copa de champagne y un martini seco.