Que el desayuno no sea un suplicio, aprende a disfrutarlo y a encontrarle la importancia que por años nos han explicado sin que la consideremos tanto.
Por Omar Marina @SoyBienDramas e Ingrid Cubas @ingrid_cb
Suena el despertador y lo primero que viene a tu mente son mil pretextos para no levantarte. Después de dormitar de cinco en cinco minutos, acumulas la suficiente voluntad para salir de la cama con el tiempo justo para tomar una ducha express, alistarte y salir de casa para llegar a tus compromisos del día… pero olvidaste un detalle: no desayunaste ni tomaste algo para hacerlo en el camino.
Más allá de la cantaleta sobre el valor del desayuno, los nutriólogos aconsejan no saltarnos el primer alimento del día y consumir algo que nos aporte nutrientes, pues esta ingesta rompe con el ayuno nocturno, activa el metabolismo y nos aporta la energía necesaria para realizar las tareas del día. Se dice que quienes desayunan, consiguen un mayor rendimiento físico e intelectual. Que la flojera, las prisas o la falta de apetito no te impidan desayunar, lógralo con estos #GourmeTips y hazte un desayuno de campeones:
1. Ten orden
Tener en mente lo que vas a desayunar al día siguiente ayuda a prevenir el caos y te motiva a cumplir con prepararlo. Adelanta pasos la noche anterior para que en la mañana te tome menos tiempo su preparación. Quienes desayunan tienen una dieta mucho más equilibrada y ordenada, pues no tienen que estar cediendo a antojos innecesarios desde temprano. Prácticamente es una preparación que repercute en todo el día, pues de no desayunar, terminas por no tener horarios de comida establecidos y el desorden se desata tanto en tu cuerpo como en la vida.
2. Evita la obesidad.
Quienes tienen el hábito de desayunar, llegan a la hora de comer con menos hambre y suelen buscar menos snacks durante la mañana, es por eso que no ceden tan fácilmente a alimentos chatarra. Un informe de Secretaría de Salud afirma que “la posibilidad de obesidad es superior en aquellos que toman un desayuno escaso o lo omiten”. El desayuno ayuda a mantener el ansia de comer bajo control, también es más probable perder peso si se desayuna y se realiza un mayor número de comidas pequeñas, que si no se desayuna y luego se ingiere el mismo número de calorías totales pero sólo en 2 o 3 ingestas.
Come a las horas adecuadas y baja de peso
3. Acepta los cambios
No se trata de tener un horario semanal como haría Sheldon en The Big Bang Theory, pero hay que evitar la rutina. Igual que no comes o cenas todos los días lo mismo, tu desayuno también debería ser variado. Ésta es la forma de obtener distintos tipos de nutrientes: no es lo mismo tomarse un zumo de naranja que comerse un kiwi, ni tampoco es igual yogurt con cereales que un café con leche y pan dulce.
4. Tómate tu tiempo
Desayunar no es sólo tomar un café y salir corriendo por la puerta de casa. Hay que invertir tiempo como lo hacemos en las otras comidas del día. Se necesita planificación: “levantarse con tiempo y hacerlo con tranquilidad”. Algo así como media hora diaria. ¡Disfrútalo! elige ingredientes que desees conocer o que te llamen la atención por su colorido, experimenta y haz variantes para encontrar ideas para tu siguiente comida.
5. Haz tus propias reglas
Constantemente escuchamos que la dieta mediterránea es muy favorecedora, que los asiáticos comen las cosas al vapor, etc etc… puede resultarte apetecible, pero comer lo que se acostumbra en otros países sin acostumbrar gradualmente a tu estómago, podría ser un error. El desayuno tiene que ser una comida importante pero no debe convertirse en una réplica de la alimentación europea, considera que ellos toman un tentempié y nosotros tenemos sólo 3 comidas al día en la mayoría de los casos. Para imitar este desayuno habría que imitar también el resto de comidas del día, de lo contrario sería una dieta a medias. Evalúa los pros y contras y crea el modelo que más se amolde a tu estilo de vida.
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6. No te quedes sin comer
La excusa de no desayunar porque te levantas sin hambre, no es válida. Eso se puede corregir adelantando la hora de la cena; constantemente ocurre que cenamos mucho, muy tarde y de inmediato nos vamos a la cama sin permitirnos hacer digestión. Levantarse más temprano, por más difícil que suene, también puede servir para estimular el apetito. No se puede obligar a nadie a hacer un gran desayuno, así que hay que empezar a acoplarse a un nuevo estilo de vida.
7. Sonríele a la vida
Quizás tú no lo notes, pero la gente que te rodea puede sufrir las consecuencias de que no desayunes. Después de 8 o 10 horas sin comer, nuestro organismo sufre un déficit de glucosa, que curiosamente es nuestro principal combustible; es por eso que al no desayunar estamos haciendo que nuestro cuerpo trabaje a marchas forzadas y queme otras reservas energéticas que causan alteraciones en el organismo. Es ahí donde se desencadena el decaimiento, la falta de concentración y mal humor.¿Recuerdas que los enojos del enano gruñón en Blanca Nieves se detenían cuando probaba el puchero gallego o el pay de piña?
Dime cómo comes y te diré cómo eres
8. Hay que aprender desde niños.
Dicen que lo que bien se aprende nunca se olvida y que la mejor forma de adquirir algún conocimiento es la experimentación. Si desde pequeños entendiéramos que sin un desayuno adecuado baja nuestro rendimiento escolar, quizá sería más fácil asimilar la idea para que de grandes estemos preparados para un desayuno sano y nutritivo cada día. Se cree que la infancia es la mejor época en la que vale la pena aprender a comer bien; a un adulto ya es más difícil hacerlo entender o cambiar sus hábitos, aunque no es imposible. Deja que los pequeños del hogar se involucren en la preparación del desayuno y te propongan ideas sobre lo que les gustaría comer por la mañana.
9. Cuida tu economía
Piénsalo así: el precio de un café, un jugo de naranja natural o hasta una torta puede llegar a ser elevado si los compras al llegar al trabajo o en la escuela. Estos gastos se podrían evitar si decides cocinar en casa, además de que podrás tener mayor control sobre la calidad de los ingredientes y perfeccionar tu sazón.
