Por: Paulina Salgado
¡No hagas el oso! Pero tampoco aceptes un mal servicio en un restaurante. Hablar sobre las áreas de oportunidad de un establecimiento es un ganar-ganar, pues tú obtienes lo que deseas y el negocio se beneficia con tu crítica constructiva.
Si aún tienes dudas, no te preocupes, aquí te dejamos una pequeña guía para saber cuándo es válido quejarse.
Saber cuándo hablar
Lo que chefs y restaurantes desean evitar es una mala reseña a través de redes sociales. Y a su vez que las personas no regresen más. Por eso es aconsejable quejarse mientras el problema aún está frete a tus ojos. Por ejemplo, si el corte de carne no llegó a tu mesa en el término que pediste.
Ser específico.
Es mejor decir qué es lo que no te gustó del platillo para que así el cocinero en turno sepa cuál fue el error. Es decir, es más sencillo indicar que no te gustó el arroz a señalar que todo es un desastre.
Indicar cuando tu cuenta está mal
Puede suceder que el mesero que te atendió se confunda y ponga en tu servicio o cuenta bebidas o platillos que no ordenaste, de ser así, indica tu inconformidad y espera una respuesta positiva. En caso contrario siempre puedes hablar con el encargado y llenar una hoja de reclamo.
Recuerda ser amable
Si surge la necesidad de quejarse, explica el problema con calma. El respeto y la empatía siempre serán buenos aliados si se quiere llegar a una solución.
Reconoce lo bueno
Se vale quejarse, pero también hay que aplaudir cuando un restaurante está haciendo las cosas bien o un platillo te cautiva.