Aquí te dejamos una serie de consejos para que no hagas el oso al momento de ir a una cena maridaje. Cuando decides ir a […]
Aquí te dejamos una serie de consejos para que no hagas el oso al momento de ir a una cena maridaje.
Cuando decides ir a una cena maridaje, hay ciertas reglas no escritas que es conveniente seguir para que la experiencia sea de lo más agradable. Muchas veces, de faltar a ese código, corres el riesgo de no verte nada bien y, sobre todo, no disfrutar tu velada como se debería. Aquí te dejamos una serie de consejos para que no hagas el oso al momento de ir a una cena maridaje.
Por Alina Hernández
Una cena maridaje es para disfrutarse de principio a fin. Por lo regular, las porciones son pequeñas para que puedas terminar el plato. Además, los ingredientes tienen siempre un cuidado previo para que su sabor sea el mejor. Por ello, no es la mejor opción dejar la mitad del platillo, pues, además que es una descortesía, es un desperdicio de comida de primera calidad. Lo más recomendable es que comas ligero ese día para que llegues con hambre y el estómago preparado.
La bebida siempre se servirá primero, pero eso no quiere decir que la tengas que tomar de un solo trago. El vino está cuidadosamente seleccionado para que los sabores exploten en tu paladar de la mejor manera, por ello, si te tomas tu copa antes de probar la comida, te perderás de esa experiencia.
No se vale que estés en tu celular o no escuches lo que el personal tiene que decir de los platillos. Ellos estudiaron el menú y quieren compartir ese conocimiento para enriquecer tu velada.
Vas a una cena maridaje, no a un bar. Se trata de probar cosas diferentes, sorprenderte por los sabores de cada platillo. Si tomas de más, te perderás eso, pues la intoxicación por el alcohol no te permitirá degustar al máximo los tiempos.
Sabemos que las cenas maridajes no se caracterizan por su precio bajo, sin embargo, el servicio muchas veces no viene incluido. Por ello, no olvides dejar la propina que se ganó el personal.