El País de las Maravillas está lleno de extrañeza y colorido: con flores cantoras, orugas filosóficas, comida capaz de cambiar el tamaño de quien la consume y una inolvidable fiesta de té, sin duda es una aventura que vale la pena revivir una y otra vez.
No conozco a nadie que de vez en cuando no haya tenido un sueño raro, en el que nada parece tener sentido, pero al despertar te deja con la sensación de que fue algo real, más allá del resto de paisajes oníricos que te habían acompañado en noches anteriores. En la versión de Walt Disney, “Alicia en el País de las Maravillas” nos lleva al mundo del sueño cuando Alicia cae dormida al encontrarse leyendo con su hermana; de pronto se ve persiguiendo a un conejo blanco dentro de un agujero que termina por llevarla al lugar donde encontrará fantasías inimaginables: flores que hablan y cantan, una oruga con enseñanzas filosóficas, una baraja de naipes que con prisa pinta las flores del jardín, un gato de sonrisa misteriosa, un sombrerero loco y más.
Durante la estancia de Alicia en el País de las Maravillas la vemos cambiando de tamaño gracias a los frascos y pastelillos que encuentra a su paso, ya sea muy grande o muy pequeña, pero siempre vence a quien la enfrenta, desde los cuestionamientos de Tweedledee y Tweedledum hasta librarse de la Reina de Corazones que despoja a quien se deje de su cabeza.
El momento del festín culinario ocurre en su encuentro con el sombrerero loco, que pese a estar chiflado se ofrece para explicar en qué consiste un “feliz no cumpleaños” mientras la liebre le da a Alicia un té azucarado. Celebrando y cantando, todos los presentes disfrutan con deleite del ritual del té inglés, pues su autor, Lewis Carroll, era justamente de esa nacionalidad.
El año pasado se cumplieron 150 años de este clásico de la literatura, situación que inspiró a la chef Paulina Abascal para ofrecer el ritual del té a los asistentes del Glass House Café en el St. Regis de la Ciudad de México. Esta práctica llegó a su fin en diciembre, pero el ritual del té puede seguirse disfrutando cualquier día de la semana a las 4 de la tarde, sirve que llevas a casa alguna de estas delicias de Dulces Besos:
Si te gusta el colorido, la música y pensar en lo que has vivido, no puedes dejar de ver esta película, cuya secuela ya se filmó bajo la dirección de Tim Burton, con Mia Wasikowska como Alicia, mostrándola algunos años más grande y enfrentando a la impresión que dejó en el País de las Maravillas años atrás. Elige la que más se te antoje y vela acompañad@ de tu tetera, que la teína te de alegría y cantes al compás de cada melodía.
Por Ingrid Cubas
@ingrid_cb