Conoce la élite de los chocolates más caros del mundo, en los que el precio es un reflejo de exclusividad y refinamiento.
Conoce la élite del chocolate, donde el precio es un reflejo de exclusividad y refinamiento. Descubre cómo estos manjares desafían los límites de la gastronomía y cuanto vale satisfacer un antojo con los sabores más exquisitos y refinados del mundo. ¿Qué tanto sabías de los chocolates más caros del mundo?
El chocolate es un manjar que ha conquistado paladares a lo largo de los siglos. No solo se encuentra en las repisas de los supermercados: en el mundo del lujo existen chocolates que van más allá del sabor y se convierten en obras de arte comestibles. Desde granos de cacao seleccionados a mano, hasta infusiones de ingredientes exóticos, cada uno de estos dulces cuenta una historia única y ofrece un sabor inigualable. Aquí te presentamos algunos que debes conocer.
Es uno de los chocolates más lujosos y caros del mundo. Esta creación es originaria de Suiza y es famosa porque está adornado con oro comestible de 24 quilates. Este agrega un toque de extravagancia visual, convirtiéndose en una experiencia sensorial única.
En su elaboración se presta atención a cada detalle, desde la selección de los granos de cacao hasta la última pincelada de oro. Los sabores ricos y complejos se complementan con la textura suave y sedosa del oro.
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Es un chocolate ecuatoriano fundado en 2013 por Jerry Toth, Carl Schweizer y Denise Valencia. Éste ha logrado posicionarse en el sector del lujo. Es conocido por su uso del cacao Nacional, una variedad rara y preciada, que anteriormente se pensaba extinta.
Este chocolate se distingue por su pureza y un proceso de elaboración que incluye la fermentación de los granos de cacao y el añadido de una pequeña cantidad de azúcar de caña. Cada barra de To’ak incluye un grano de cacao tostado, representando su origen y enfatizando la conexión con el fruto del árbol de cacao.
Es una marca que se preocupa por el medio ambiente, en colaboración con la organización de conservación del bosque lluvioso TMA (Third Millennium Alliance), To’ak participa en un proyecto de cacao regenerativo en Ecuador, orientado a revertir la deforestación y apoyar a las comunidades agrícolas locales.
Fue creado por el renombrado chocolatero Fritz Knipschildt, quien logró una delicia gourmet que simboliza el lujo en el mundo del chocolate. Su selección de cacao se obtiene de plantaciones elegidas que garantizan su sabor y aroma. Además del cacao, Knipschildt incorpora ingredientes como leche fresca, mantequilla, vainilla natural y un ingrediente secreto que el experto mantiene en reserva, el cual añade un toque distintivo.
El chocolate se mezcla y refina con técnicas especializadas para lograr una textura suave y una fusión de sabores. Cada pieza se forma y decora a mano.
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Es chocolate amargo 70% Valrhona, crema espesa, azúcar, aceite de trufa, vainilla y una rara trufa del Périgord francés (un hongo raro). Éste se baña en chocolate negro Valrhona y luego se enrolla en cacao en polvo fino. Después de guardan en perlas de azúcar en una caja de oro atada con una cinta.
El chocolate procede de cacao de las regiones más prestigiosas, garantizando un sabor rico y profundo. Además, cada trufa puede contener infusiones o adiciones únicas, como licores finos o especias exóticas, que enriquecen su perfil de sabor.
Amedei, proviene de la chocolatería de la Toscana en Italia, se ha ganado el reconocimiento creativo, desde la selección de cada grano de cacao. Estos granos son escogidos con sumo cuidado, garantizando que solo los mejores son utilizados para dar vida a sus chocolates.
Dentro de su gama, el ‘Porcelana’ es la insignia de Amedei, ya que está hecho a base de notas sutiles de frutas y nueces: una combinación que transporta al degustador a los paisajes de la Toscana. Amedei Schokolade se abastece de granos de cacao de plantaciones seleccionadas de todo el mundo.
Además, la fábrica fue la primera empresa del mundo en procesar los granos de cacao de la famosa zona de cultivo Chuao al norte de Caracas.
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Este emprendimiento en Suiza es famoso mundialmente por su habilidad en combinar sabores delicados con la elegancia del oro, creando así experiencias gastronómicas que son tanto un deleite para el paladar como para la vista.
Su filosofía se basa en la creencia de que la comida no solo debe satisfacer el apetito, sino también ser una experiencia estética y sensorial. Esta idea llevó a la empresa a explorar el uso de elementos preciosos, como el oro y la plata, en la gastronomía.
Sus chocolates son famosos por incorporar finas hojas de oro de 24 quilates. También sus champagnes tienen oro y otras bebidas espumosas. El oro utilizado es comestible y cumple con todas las normativas de seguridad alimentaria.
Alain Ducasse, el célebre chef francés, también tiene su línea de chocolates de lujo. Hechos a mano en París, estos chocolates son conocidos por su calidad excepcional y la creatividad en sus sabores. Con precios que rondan los $100 por caja, los chocolates de Ducasse son un ejemplo de la alta gastronomía francesa aplicada al mundo del cacao.
Esto significa que todo el proceso de fabricación del chocolate, desde el tostado de los granos de cacao hasta la formación del producto final, se controla meticulosamente para asegurar la más alta calidad. Los chocolates de Le Chocolat Alain Ducasse son conocidos por sus sabores distintivos y su artesanía, reflejando la experiencia culinaria de Ducasse y su dedicación a la excelencia en la gastronomía.
Noka se ofrece a un precio aproximado de 300 euros la pieza: una tarifa que podría parecer elevada, pero que está justificada por la calidad. Noka ofrece una caja de 24 piezas por no menos de 1000 euros.
Esta inversión no solo compra chocolate, sino también un pedazo de lujo. El secreto detrás del elevado precio de estos chocolates radica en sus ingredientes de alta calidad, como el cacao de regiones como Venezuela, Trinidad, Costa de Marfil y Ecuador. Cuenta con un relleno cremoso infundido con aceite de trufa, este toque gourmet enriquece la experiencia.
Creado por el chef portugués Daniel Gomes, se erige como una verdadera joya culinaria. Este no es un bombón cualquiera, pues se convierte en una verdadera obra de arte comestible. Su tamaño es de 3 centímetros de alto por 2,4 centímetros de ancho y cada uno ostenta de un sabor y textura diferente.
La lista de ingredientes en este chocolate es exótica. Tienen azafrán procedente de Arabia, conocido por ser una de las especias más caras del mundo; trozos y aceite de trufa blanca de Perigord, una región francesa famosa por sus trufas de alta calidad; vainilla de Madagascar, que aporta una dulzura natural y un aroma profundo; y flecos de oro comestible, añadiendo un toque de lujo y elegancia. Además, incluye un misterioso ingrediente secreto que solo el chef Gomes conoce.
El empaque del Glorious no se queda atrás en términos de extravagancia y lujo. Cada bombón viene presentado en un estuche con forma de manzana, adornado con 5.500 cristales de Swarovski, transformando el chocolate en una joya. Cada bombón tiene un precio de 7.728 euros, reflejando la opulencia de sus componentes.