La alcachofa de Jerusalén no es ni una alcachofa ni proviene de Jerusalén. Aquí te contamos más acerca de este vegetal considerado como de lujo.
La alcachofa de Jerusalén tiene un parecido al jengibre y es mejor conocido como tupinambo o topinambur. Es un tubérculo de origen americano, ¿lo sabías? Su apariencia es de corteza amarillenta o violácea e interior de color blanco. Su sabor dulce recuerda al de la alcachofa o incluso a la trufa. Este producto natural tiene cierto dulzor y se considera un vegetal de lujo. Hoy te contamos más de él.
Por Mariana Frias
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Su nombre se debe al parecido con tal vegetal y el lugar donde muchos aseguran que está su origen. Se cree que este alimento fue relativamente influyente en la Antigüedad, pues era uno de los alimentos más consumidos por los americanos nativos antes de la llegada de los europeos.
El tubérculo, no obstante, se sabe que tuvo su origen en América. Fue de aquí de donde la planta fue llevada a Europa en el siglo XVII, donde se popularizó como un cultivo alimenticio. En el siglo XVII llegó a Francia y España. La popularidad de la patata conquistó a América y le quitó relevancia en Europa. Desde entonces, se ha extendido su cultivo en otras partes del mundo. Se puede preparar en puré o sopas, rostizada, asada, con o sin piel.
El nombre topinambu proviene del idioma tupí-guaraní, hablado por los indígenas que habitaban Brasil antes de la llegada de los europeos. La palabra significa planta que excava como un topo, en referencia a la forma en que las raíces de la planta crecen profundamente en el suelo.
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Con todo, la alcachofa de Jerusalén un alimento fácil de cultivar. A pesar de ser de clima templado, puede resistir adversidades climatológicas. Por ello, es una raíz que se deteriora rápido, por lo que no conviene esperar muchos días para consumirla. Para almacenarla, se aconseja guardar en un espacio seco y poco caluroso.
Este ingrediente aporta inulina: un tipo de carbohidrato que no se descompone en el cuerpo y no eleva los niveles de azúcar en la sangre. Más del 75% de la fibra vegetal del tupinambo es inulina.
De igual forma, es rica en minerales como el potasio, magnesio, sodio, calcio, hierro o fósforo, vitaminas como la A, B1, B2, B6, D. Y como no tiene gluten, con el topinambur se hace harina para sustituir la harina de cereales con gluten como el trigo.
También, este insumo es rico en vitamina B, C, tiamina y riboflavina. Esto favorece al metabolismo y al sistema inmune. El consumo de la alcachofa de Jerusalén está aconsejado por las propiedades antitumorales, reductoras del colesterol, aliviando el estreñimiento y limpiando el tracto intestinal.