Algunos alimentos que podrían ser nuestros favoritos no son originarios de donde creíamos y seguramente te sorprenderá su verdadero origen. A continuación te compartimos una […]
Algunos alimentos que podrían ser nuestros favoritos no son originarios de donde creíamos y seguramente te sorprenderá su verdadero origen.
A continuación te compartimos una lista de éstos:
Contrario a lo que la mayoría de las personas pensamos, este delicioso pan no es originario de Francia. Su nombre sugiere que su origen proviene del país vecino, es decir, fue elaborado en Viena por primera vez en el siglo XVII.
Un siglo más tarde, la reina María Antonieta (nacida en Viena), introdujo estos panecillos a Francia y fue durante el siglo XX cuando los famosos reposteros galos popularizaron la receta.
De acuerdo a información del museo Smitsoniano, este platillo es una invención italoamericana. Los italianos aportaron las albóndigas que comúnmente denominan polpettes y suelen comerse en salsa o sopa. Cuando los inmigrantes italianos llegaron a Estados nidos, empezaron a hacerlas más grandes (casi del tamaño de una pelota de béisbol) y a combinarlas con pasta y salsa.
La palabra kétchup (en español cátsup) procede de un dialecto de hace 500 años de la provincia china de Fujian. Su significado es ‘salsa de pescado’, pero con el paso del tiempo éste ha ido cambiando, aunque el vocablo tchup sigue significando ‘salsa’ en algunos dialectos chinos.
La primera versión de la kétchup no incluía tomates y se trataba de una salsa fuerte hecha con anchoas fermentadas que los pescadores chinos llevaron a otra región del sudeste asiático como Malasia o indonesia.
Añadir tomates a la salsa kétchup sí es totalmente una invención norteamericana y de acuerdo a NPR la primera salsa de esta receta fue escrita y desarrollada por el científico y horticultor James Mease en 1812 en Philadelphia.
Esta sí será una triste noticia para los amantes de esta delicia artesanal. Existen diversas historias que relatan la aparición de los churros entre los pastores españoles, los marineros portugueses o los chinos.
Algunas teorías afirman que los inventores fueron los pastores españoles al darse cuenta de que eran fáciles de hacer en una sartén sobre fuego y los llamaron ‘churros’ por las ‘ovejas churras’ de la península Ibérica.
La teoría dice que los conquistadores fueron los que trajeron a América Latina esta receta, lo que sí es totalmente seguro, es que no son mexicanos.
Churros
Aunque se han popularizado como tal, en 2008 un estudiante japonés de nombre Yasuko Nakamachi investigó el origen de estas galletas con mensaje y descubrió que en realidad son una creación japonesa.
Una fábrica cerca de Kyoto llevaba tres generaciones produciendo galletas muy similares a las que se suelen comer en los restaurantes chinos de Estados Unidos. Su propietario le contó que introducir papelitos con mensaje en productos de confitería y dulces es algo habitual en Japón desde hace décadas.
En ese mismo año, ABC News contó en un artículo que en China no se consumen ese tipo de galletas.
Galletas de la suerte
Muchos restaurantes la ofrecen como “Pastel americano de manzana”, pero quizá deban cambiarle el nombre. Fueron los británicos quienes la cocinaron como una tarta dulce y la primera vez que se menciona esta receta fue en un documento histórico redactado por el poeta Robert Greene, cuando escribe: ¿Tu aliento es como el aroma de una tarta de manzana’.
¿Cómo ven?