Más de 11 mil kilómetros se expanden entre Japón y México; acompáñanos en esta experiencia de maridaje de cocina japonesa con vinos mexicanos.
Más de once mil kilómetros se expanden entre Japón y México, una gran distancia que desaparece cuando vivimos la unión entre sus deleites culinarios; acompáñanos en esta experiencia de maridaje de cocina japonesa con vinos mexicanos.
Proveniente de Nagoya, el chef Yasuo Asai, trae a nuestra ciudad lo más exquisito y autentico de la deliciosa gastronomía japonesa, donde los vinos de la bodega La Santísima Trinidad destacan sus aromas, sabores y texturas para elevar nuestros sentidos.
En el restaurante Asai Kaiseki, los intrigantes y exóticos platillos del chef propietario, maridan a la perfección con los sabores de los elixires de San Miguel de Allende, donde La Santísima Trinidad, ha creado un paraíso vinícola que pone en alto el nombre del vino mexicano. Aquí les compartimos nuestra recomendación de maridaje para disfrutar de esta unión de dos mundos.
Los orígenes de la cocina Kaiseki datan de hace varios siglos, cuando solía consistir en comidas sencillas que acompañaban a la ceremonia del té. Después evolucionó a un estilo elaborado de comida dentro de los círculos aristocráticos; hoy en día es sinónimo de la alta gastronomía en Japón. Kaiseki es la verdadera cocina japonesa, en su máxima expresión.
En Asai Kaiseki nos volvemos parte de esta experiencia, momentáneamente dejando nuestro cuerpo atrás para tomar un viaje por nuestros sentidos.
Menús de degustación en cambio constante nos presentan lo más fresco y autentico de la cocina japonesa, comenzando siempre con un entremés surtido.
Esta vez, el entremés consiste de atún sellado marinado con soya y wasabi, callo de hacha, mousse de tofu, hueva de salmón, espárrago, camarón fresco y brote de shiso.
Estos ingredientes frescos, mayormente marinos, maridan exquisitamente con el ensamble blanco 2020 de La Santísima Trinidad, elaborado con las uvas Chardonnay Macabeo y Moscatel.
Un vino que a la vista presenta un delicado color dorado con destellos amarillo-verdoso, brilloso y limpio, sus expresivos y afrutados aromas nos seducen con notas principalmente de durazno blanco y pera, resaltando además flores de jazmín y azahar.
En boca, esta joya es elegante, con presencia, un vino redondo que nos permite descubrir sensaciones muy amables al paladar con una sutil acidez que acompaña de manera idónea a los sabores salados del entremés.
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El meloso, casi empalagoso, sabor del atún toro – conocido como ‘fatty tuna’ – juega con nuestro paladar, mezclándose con el seductor aroma y sabor de las finas ralladuras de trufa negra que parecerían deshacerse en nuestra boca.
De elegancia simple y suntuosa complejidad, este increíble nigiri es uno de los platillos más delicados y profundos a la vez.
El chef y propietario, Yasuo Asai, mezcla métodos y sabores tradicionales con creativas innovaciones, como el nigiri de atún con trufa. Con una sonrisa y un talento inigualable, frente a nosotros, el chef elabora una serie de nigiris indescriptibles, seductores y perfectos.
Este platillo lo maridamos con el blend rosado 2020 de La Santísima Trinidad, elaborado con uvas Caladoc y Tempranillo.
Con solamente 3,350 botellas, este exclusivo elixir nos enamora con su color rosado muy delicado, conocido como piel de cebolla con destellos color salmón, muy brillante y traslucido.
En nariz destaca su perfil de violetas y flor de azhar, con suaves notas de fresa silvestre y cítricos.
Intrigante al sentido del gusto, su entrada es muy amable y audaz, con complejidad estructural.
El vino tiene un distinguido volumen de boca, con untosidad, presente acidez y gran permanencia en retrogusto que nos aporta frescura. La Santísima Trinidad, Viñedos San Lucas y Viñedos San Francisco son desarrollos hermanos que comparten el mismo concepto de fusionar distintas pasiones en un solo lugar.
Son desarrollos principalmente inmobiliarios con área agrícola compuesta de viñedos, olivos y lavanda, además de contar con hotel boutique, restaurantes, cancha de polo, taller de olivo, taller de lavanda y por supuesto vinícola.
A éstos también se suma Viñedos de los Senderos, siendo únicamente inmobiliario con vinícola y restaurante.
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Un manjar de los dioses, el tuétano con miso rojo del chef Yasuo tiene carne Wagyu molida, espárrago, hueva de salmón y nabo encurtido.
Un platillo original, su elaboración es un juego de texturas única.
Este es un reflejo de la creatividad del chef quien, enamorado de muchos ingredientes de la cocina mexicana, ha insertado toques únicos a la comida tradicional Kaiseki, usando desde guacamole hasta queso Oaxaca, combinando a la perfección las delicias de Japón y México.
Sus sabores y aromas fuertes y robustos son el acentuados y perfectamente acompañados con el 100% Cabernet Sauvignon Reserva 2019 de La Santísima Trinidad, añejado en barricas americana de primer uso durante 12 meses.
En la vista, este delicioso reserva presenta un color rojo granate oscuro, intenso y penetrante con notas teja que ofrece muestras de su gran
cuerpo.
En nariz destaca su elegancia, con notas principalmente de pimiento verde ahumado y especias como pimienta negra y clavo, demostrando su paso por roble de primer uso.
El Cabernet Sauvignon Reserva 2019 en boca es intenso y audaz, de gran complejidad estructural.
Distinguido volumen de boca, presente acidez, taninos redondos y gran permanencia en retrogusto lo vuelve el acompañante ideal de los manjares del chef Yasuo.