En una edición más de “Copa de por medio”, Deby Beard platica con Enrique Murilllo acerca del maravilloso vino mexicano elaborado por Casa Pedro Domecq, especialmente del Reserva Magna 2017 Nebbiolo.
Por Deby Beard
Tengo el honor de platicar con Enrique Murillo, quien actualmente dirige Casa Pedro Domecq, una de las casas con más tradición y presencia en México. Se centra mucho en el desarrollo de estrategias financieras, corporativas. Es un líder nato, siempre busca el talento y el amor de las personas en el trabajo que hacen. Originario de Sevilla, España, después de una carrera fascinante en González Byass, ahora está a la cabeza de Casa Pedro Domecq México como Director General.
“Estoy de acuerdo en lo que dices. En esta nueva etapa buscamos aportar un granito de arena al desarrollo de la industria vitivinícola, como ya lo hizo Casa Pedro Domecq en los 70, 80, impulsando el consumo del vino en México. Ha cambiado mucho, hay muy buenas bodegas haciendo una gran labor, pero yo creo que entre todos todavía podemos llevar el consumo del vino a un entorno más alto en cantidad calidad”, comparte el director general.
“Tú sabes que en el mundo del vino debes ver los negocios de una manera distinta. Al provenir de una empresa familiar, con casi 200 años, que ama el vino por encima de todo, eso te ayuda a conocer que los estándares son distintos. En el vino necesitamos tiempo. No hay atajos. Cuando llegamos el anterior propietario tenía como prioridad los espíritus, y quizá los vinos habían estado languideciendo, no se habían cambiado etiquetas, no se había invertido en bodegas ni en mejorar el producto. No era estratégico para ellos”.
“Lo que decidimos desde el primer momento fue, con paciencia, volver a lanzar los vinos, con un cambio de packaging, un cambio de líquidos, volviendo a invertir en la bodega, con la idea de poner a Domecq en 10 o 15 años en el top de bodegas mexicanas de nuevo. Eso no se va a conseguir de la noche a la mañana. Hay que volver a convencer al consumidor de que las cosas se hacen bien; que muchos influencers y sommeliers vuelvan a probar los nuevos líquidos y nos den la oportunidad. En esa estamos”.
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“A mí siempre me ha llamado la atención el color tan intenso y profundo que tiene este vino”, comenta Enrique.
“Este vino, en efecto, es muy intenso. Es un 100% Nebbiolo del Valle de Calafia que, como sabes, está en el Valle de Guadalupe“.
“Estoy de acuerdo, porque si esa primera fase no se da… Es como cuando conoces a alguien, esa primera impresión visual y física quizá existe, pero si no se da un clic, quizá no das la oportunidad a una segunda fase para conocer a la persona o, en este caso, para probar el vino. Llevándolo a la nariz… Aquí, quizá hay que quitarle un poco de dramatismo. Mucho mexicano, cuando se acerca a un vino, se acerca con algo de reparo. Yo creo que hay que acercarse a los vinos con un disfrute. Cuando uno se lleva un vino a la nariz, a veces para la gente que no está tan acostumbrada le va a costar ponerle nombre a las sensaciones que va a recibir. Pero las va a recibir. No pasa nada si no podemos ponerle nombre, lo importante es ese disfrute interno que uno tenga”, platica el director de Casa Pedro Domecq.
“Al final, se trata de disfrutar los aromas de una comida, de un paseo… Porque como dices, todos esos aromas te llegan en una cocina, en un platillo, en el campo, con la lluvia. Son tantos los matices que te van creando esa memoria olfativa que te van a ayudar a ponerle nombre a esos aromas”.
“Y un poco especies, fruta negra. Tuvo crianza de 18 meses en barrica de roble francés. Algunos aromas de tabaco y chocolate llegan por ese efecto de la madera en el vino”.
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“Sobre todo este vino, del cual consideramos que no todas las añadas son óptimas para elaborarlo. Nos saltamos de 2013 a 2017. Si no encontramos que va a satisfacer al consumidor, no tiene sentido elaborarlo. Sólo producimos tres mil botellas. Yo creo que un secreto es hacer las cosas bien de una manera consistente. Porque si una añada es muy buena y la siguiente no, se pierde esa confianza. A veces la uva no es óptima para representar la etiqueta. No puede llevar el sello de garantía”.
“Es un vino potente, tiene una estructura fuerte, pero equilibrada. Para una buena carne, un queso curado. Es un vino además para charlar, no es para beber rápido. Yo creo que los buenos vinos no se beben, se mastican. Y éste va por ahí. Estamos contentos con las etiquetas que estamos renovando. Éste por supuesto que tiene capacidad de mejora, es un vino para guarda larga, a 10 años. Es un vino que puede perfectamente evolucionar en la botella e irá cambiando, se irá domesticando. Para mí ya está bueno, pero estoy seguro que en unos años cambiará su complejidad. Como la personas, bien lo dices, demostrará menos brío en algunas cosas, y con su experiencia demostrará otros matices en boca, en su color. Eso es lo interesante del vino.
“Una parte que nos queda pendiente es invertir en más viñedos. Teníamos proyectos en marcha, que ahora tendremos que detenerlos por algunos meses. Estamos buscando emplazamientos ideales para sembrar tanto en Baja California como en Coahuila, Chihuahua y Aguascalientes. Como es un negocio para los próximos 50 años, no tenemos prisa en eso”.
Enrique Murillo también comparte que tuvieron que suspender un lanzamiento próximo. “Cuando llegamos nos dimos cuenta que en la bodega había unas vasijas de barro del siglo XVI de La Mancha, que siguen ahí. El enólogo había experimentado con algunas variedades, para que el vino se hiciera a la manera antigua. Tenemos un vino natural para lanzar en cuanto nos permitan hacer la presentación, como se hacia a la antigua usanza”.
“Yo creo que si entre muchas bodegas comenzamos a lanzar curiosidades, vinos distintos, vanos a tener muchas innovaciones y vamos a atraer el público. Yo creo que es lo que necesita el mundo del vino en México. Curiosidades, experimentación. Aquí hay mucha frescura a la hora de crear, y podemos elaborar productos peculiares. Por ejemplo, se habla mucho de cuál podría ser la variedad que sea emblemática de México. Aquí tenemos la Nebbiolo, que no es propiamente mexicana. Pero se ha adaptado perfectamente a los terroirs de Baja California y Aguascalientes. Yo creo que tenemos que ir andando ese sendero sin prisa, haciendo las cosas bien, para crear un mercado muy interesante. Curiosidades para que la gente tenga a Domecq como una empresa con tradición, pero innovadora”.
Descubre la entrevista completa en el video que acompaña esta nota. Enrique Murillo, Director General de Casa Pedro Domecq, siempre tiene una charla interesante y reveladora respecto al mundo del vino. Ésta no es la excepción.
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