El anti-restaurante Candelilla 16 presentó una comida sensorial utilizando el jitomate como ingrediente principal de los platillos
Por: Paulina Salgado
Más que una necesidad fisiológica, la hora de la comida es en México un momento de reunión, de compartir, de disfrutar y de relajarse. Adicional a esto hay tendencias que incluyen todos los sentidos.
El anti-restaurante Candelilla 16 y la chef Mariana Rachadell de Majar Experiencia Gastronómica, nos invitaron a vivir de primera mano la experiencia de una comida sensorial. Y en esta ocasión el protagonista fue el puré de tomate Del Fuerte.
El menú comenzó con un cóctel hecho de jitomate, maracuyá y vermut. Una vez que los comensales nos acomodamos en nuestros asientos, el sonido de una pequeña campanilla nos indicó que era momento de cubrir nuestros ojos con un antifaz.
La música que se escuchaba nos transportó más de mil años atrás y nos llevó con nuestros antepasados.
Una voz mística nos enseñó que el nombre de este pequeño vegetal rojizo proviene del náhuatl, xictlitomatl, y que significa “ombligo de agua”. Nos mostró su gran importancia culinaria y que actualmente el jitomate (o tomate) es uno de los vegetales más consumidos en el mundo.
Rápidamente la voz se fue alejando y el sonido de la campanilla nos trajo de vuelta a la realidad. Al quitarnos el antifaz estaba ante nosotros un pequeño taco de robalo con hoja santa y perlas de puré de tomate.
El segundo viaje nos llevó al campo y sus tierras mojadas. Aquí el agua fungió como elemento principal, tal vez por eso imaginé que nos lanzaban chorros de agua fría. Pero lo olvidé en cuanto probé la cálida crema de jitomate acompañada de suaves bolitas de queso de cabra y crujientes esferas de yuca tatemada. ¡Un platillo lleno de textura!
En el tercer y cuarto tiempo pudimos degustar unos hongos silvestres cocinados en mantequilla y res añejada sellada en hierro. Ambos platos estaban acompañados con crema de jitomate.
El postre, sin duda, fue la estrella del día. Cerramos esta travesía culinaria con una jericalla de puré de jitomate acompañada de tomates verdes cristalizados y espuma de chocolate blanco. Aunque suene algo descabellado podemos asegurarte que esa combinación es deliciosa. ¡Una explosión de azúcar!
La acidez del tomate verde cristalizado se derrite en tu boca y se mezcla a la perfección con la dulzura del chocolate blanco provocando que quieras comer más y más.
Después de un extenuante viaje, sensorial por supuesto, nos retiramos del lugar con un gran sabor de boca. Sin duda esta es una experiencia que tienes que vivir al menos una vez en la vida: las sensaciones y por supuesto ¡los sabores!
Contacto: @Candelilla16