5 estupendas razones para ver Somebody Feed Phil en Netflix

Si amas las series de gastronomía y de viajes, entonces te va a fascinar Somebody Feed Phil. Esta serie, que actualmente transmite su cuarta y más reciente temporada en Netflix, reúne lo mejor de ambos mundos, la cocina y los viajes, en un formato que te encantará. Ver a Phil Rosenthal, el creador de Everybody Loves Raymond y productor de esta serie que te recomendamos, visitar vibrantes destinos culinarios, es un deleite. Junto a su equipo de video -que incluye a su hermano Richard, productor y camarógrafo-, el anfitrión prueba deliciosos manjares locales, mientras recorre restaurantes, viñedos, mercados y centros comerciales. Un verdadero agasajo para los sentidos.

Te lo decimos en serio, no veas esta serie con hambre, ¡porque vas a querer correr al refrigerador! Si ya tienes el estómago lleno, podrás resistir un poco más la tentación, jaja. Por esto y por mucho más, es que te recomendamos Somebody Feed Phil. Mira…

5 razones para ver Somebody Feed Phil en Netflix

1.- Las propuestas gastronómicas de cada destino

Cada sitio que Phil decide visitar es maravilloso. Ya sea un mercado de cocina local muy low profile, un restaurante con estrellas Michelin, un puesto en la calle emblemático, los locales históricos que todo mundo visita e, incluso, la casa de un chef renombrado. Todo cabe en este programa, y eso es lo increíble, que podemos conocer todo sobre la comida tradicional y clásica de cada destino, así como propuestas poco sonadas o más contemporáneas y de autor. En cada lugar, Phil nos lleva a un recorrido que incluye todas estas opciones, para darnos un panorama amplio y profundo de su gastronomía, por completo. Algo ideal para organizar tu itinerario cuando visites ese lugar.

Además de ver cómo disfruta Phil cada bocado -siempre acompañado por chefs o foodies expertos en la cocina local-, también podemos admirar cómo se preparan los platillos y aprender sobre su historia y origen. Y, créenos, cada plato que se presenta es más delicioso que el anterior. ¡Se te va a hacer agua la boca!

Lo mismo sucede con las bebidas y destilados regionales, de los cuales Phil nos comparte su elaboración, cocteles y más.

Todas las temporadas de Somebody Feed Phil han estado excepcionales, pero de esta cuarta temporada, te recomendamos mucho el primer episodio basado en Río de Janeiro, y el de Singapur. Vas a devorar ambos, ¡créenos!

2.- Los chefs y expertos culinarios

En cada episodio, Phil Rosenthal descubre la propuesta culinaria de los destinos con ayuda de chefs renombrados, foodies, editores de medios especializados y verdaderos amantes de la cocina local. Esto es delicioso de ver, porque podemos descubrir la magia detrás de restaurantes consagrados de mano de los mismos chefs que los crearon. Por ejemplo, en el episodio de San Francisco, conocimos todos los locales de Thomas Keller, propietario de The French Laundry, Per Se y Bouchon, en Napa Valley. Y en la Ciudad de México, en la primera temporada, Phil nos llevó a conocer desde las entrañas los restaurantes Rosetta de la chef Elena Reygadas y Pujol de Enrique Olvera. Así, Phil reúne a chef de estas magnitudes, y en ocasiones incluso visita sus casas.

Además, conocemos lo mejor de la oferta de comida en cada destino, gracias a los expertos locales. Y lo más padre es que, al final de cada capítulo, reúne a todos los invitados de ese episodio para una gran y opípara cena final, en donde todos conviven. Porque, además de llevarnos a recorrer el mundo a través de su cocina, Phil hace nuevos amigos en cada lugar.

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3.- Los destinos son magníficos

En cada episodio de Somebody Feed Phil, el anfitrión nos lleva a recorrer sólo una ciudad durante los casi 50 minutos que dura. Y además de conocer restaurantes, mercados y puntos culinarios, también tenemos oportunidad de ver algunas atracciones importantes -sobre todo si son en las alturas, pues a Phil le encanta regalarnos vistas panorámicas de cada ciudad-. Esto nos pone en contexto y, sobre todo, logra combinar de forma acertada la riqueza astronómica de un destino, con información relevante sobre su historia, sus tradiciones, la cultura y varias ideas de sitios para visitar. Esto, por supuesto, lo único que origina es que quieras ir ¡de inmediato!

4.- La vida antes del COVID-19

Algo no tan bueno de esta serie, o más bien, algo triste, es ver cómo Phil comparte su comida, literal, con mucha gente. Todos se sientan a la mesa, platican, se pasan el plato y, a veces, el host hasta les da de comer en la boca. En este show no hay nada de sana distancia, ya que incluso la nueva temporada se filmó antes de la pandemia. Esto, al menos a nosotros, nos hace reflexionar sobre cómo vivíamos la normalidad antes del coronavirus y, de cierta forma, nos lleva a pensar con nostalgia en lo felices qué éramos. Cada episodio, sin duda, quedará como un testigo documental de la vida antes del COVID-19. Y eso, es algo digno de apreciarse.

5.- El formato es ligero y muy tentador

Somebody Feed Phil es de esas series que ves en un fin de semana o menos. Cada temporada tiene alrededor de seis episodios que devoras en una sentada. Phil es muy ameno, al igual que sus acompañantes e invitados. Y la comida luce en su máximo esplendor. ¡Te va a atrapar!

Así que ya lo sabes. Somebody Feed Phil es la serie perfecta para viajar por el mundo a través de la gastronomía, de una forma profunda, auténtica y divertida. Sin poses ni sofisticaciones, simplemente dejando que cada platillo hable por sí solo. Puedes ver todas las temporadas en Netflix.

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