Para muchos de nosotros durante la crisis de COVID-19, los días comenzaron a mezclarse. De hecho, algunos han dicho que el mundo COVID-19 tiene solo tres días a la semana: ayer, hoy y mañana. Con ese espíritu, los líderes resilientes deben cambiar la mentalidad de sus equipos de “hoy” a “mañana”, lo que implica adquirir nuevas actitudes que tienen implicaciones importantes para el camino hacia la recuperación.
Los líderes resilientes cambian la mentalidad organizacional, navegan por las incertidumbres e invierten en generar confianza para desarrollar un manual de recuperación que sirva como una base sólida para el futuro posterior a COVID. Estas cinco actitudes son necesarias para dar este importante paso hacia una “nueva normalidad” corporativa.
Actitudes de los líderes resilientes ante la “nueva normalidad”
1.- En primer lugar, la situación cambia de la imprevisibilidad y la actividad frenética del período de respuesta temprano a una sensación de incertidumbre más estable, aunque todavía incómoda (una normalidad “interina”). La implicación: la situación invita a los líderes a visualizar el destino al final.
2.- El enfoque del liderazgo se expande hacia la seguridad de los empleados y la continuidad operativa para incluir también la adopción de un regreso a una postura orientada al mercado. La implicación: los líderes deben visualizar el destino en términos de los resultados deseados de las partes interesadas, no de los procesos internos.
3.- Los objetivos de gestión pasan de centrarse en la crisis (mantener la organización en funcionamiento) a gestionar la transición de regreso a un futuro restaurado. La implicación: la oficina de gestión de proyectos puede necesitar un nuevo conjunto de habilidades diferente al de la oficina de gestión de proyectos.
4.- La planificación cambia de la contingencia a corto plazo a la planificación económica y de escenarios a medio y largo plazo para comprender los impactos relacionados en las operaciones, los empleados, el financiamiento, etc. La implicación: es fundamental modelar la alineación de los recursos financieros con el costo necesario para impulsar las operaciones.
5.- La actitud de liderazgo también se transforma de un modo principalmente reactivo a anticipar cómo reinventar la organización. La implicación: los líderes resilientes deben aprovechar la oportunidad de dinamizar a sus equipos imaginando un futuro exitoso y adoptando la confianza como catalizador para llegar allí.
Es así que durante la fase de recuperación, los líderes resilientes deben inspirar a sus equipos a navegar a través de estas importantes incertidumbres relacionadas con el COVID-19. Pero un gran liderazgo requiere un seguimiento aún mayor, que se nutre de la confianza. De hecho, muchos líderes han construido una importante atmósfera de confianza y acompañamiento, al navegar hábilmente a través de las primeras etapas frenéticas e impredecibles de la crisis.
Con información tomada de Deloitte Insights.
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