Berlín es una ciudad abundante, en muchos sentidos. Hogar de la Bauhaus, este territorio cuenta con cerca de 180 museos y tres casas de Ópera, además de 150 teatros y escenarios. Esto da de qué hablar. Pero Berlín, sobre todo, se sirve abundante en el plato. Ciudad cosmopolita, es un excelente lugar para probar propuestas innovadoras de la cocina contemporánea de todo el mundo. Así, cuando vayas a Berlín te recomendamos probar lo siguiente:
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El de estrella Michelin:
Pauly Saal
En la antigua sala de lo que solía ser una escuela hebrea para mujeres, Pauly Saal propone cocina actual con un toque creativo. Más allá de la frescura de sus espacios, que recuerdan a la estética de los sets de Wes Anderson, este restaurante a cargo de la chef Arne Anker se inclina por los mariscos y los vegetales. Los platillos, presentados de manera impecable, cuentan con un buen balance entre lo sofisticado y la jovialidad innovadora. Ingredientes regionales y de temporada son la base de los platos que son sutilmente combinados con estilos gastronómicos de diversas regiones del mundo. En su menú de inicios de 2019 el menú está conformado por delicias como salmón al teriyaki acompañado de pepino y vinagre de Cabernet Sauvignon; venado con remolacha de avellana y vinagre de Merlot; o anguila con coles de bruselas, kale y brotes florales.
El propositivo:
Kin Dee
No encontrarás Pad Thai en este restaurante de cocina tailandesa. Antes de la inauguración de Kin Dee, comenzó con un pequeño pop-up servido por la chef Dalad Kambhu, con un estilo innovador y formación autodidacta. Cofundado al lado del artista contemporáneo Rirkrit Tiravanija —no te pierdas sus cuadros creados especialmente para el restaurante—, tiene una propuesta mesas colectivas para compartir al estilo familiar. En una entrevista, la chef nacida en Tailandia contó que un artista se acercó a ella y le dijo: “tu comida es thai, pero no se ve así. Tiene un alma thai y es muy casera, pero también muy elegante”. Es una buena forma para definir la cocina que encontrarás en Kin Dee, donde podrás pedir hasta 10 platos pequeños y compartir el sabor de los ingredientes locales y de temporada, directamente traídos desde el Mercado Karl August Farmer’s. En el menú de degustación encontrarás imperdibles como la carne salada, cangrejos de caparazón blando, ensalada de manzanal, pork-belly de lenta cocción y un pescado entero frito con tamarindo y más.
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El tradicional:
Max und Moritz
Viajar como todo un foodie implica prestar atención a la cocina tradicional de la región. Es por eso que los locales recomiendan ir a Maux und Moritz, un lugar cálido con olor a maderas, letreros neón y ningún tipo de pretensión decorativa más allá de la idea de una taberna rústica. Allí el comfort food será abundante: papas y salchichas, sí, pero también los cortes acompañados de goulash y el roas beef alemán: Rheinishcer sauerbraten.
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