St. Moritz es más que una ciudad de increíbles spas, más que un destino de deportes de invierno, más que un imán para innumerables celebridades, artistas y aristócratas.
Su atractivo único comenzó mucho antes de los días en que Roger Moore corriera por las laderas como James Bond, Alfred Hitchcock se inspirara en los cuervos negros de Engadin y Gunter Sachs y Brigitte Bardot se susurraran cosas dulces en la nieve.
Por Melanie Béard.
La historia de St. Moritz tal como la conocemos hoy comenzó en 1864, cuando el hotelero Johannes Badrutt hizo una apuesta con algunos de sus huéspedes británicos. Les prometió que, además de los hermosos veranos, el invierno en St. Moritz es tan agradable que en los días claros se puede disfrutar del sol en la terraza sin usar una chaqueta.
Si resultó estar equivocado, el hotelero prometió pagar sus gastos de viaje y alojamiento. El siguiente diciembre, el grupo de hombres británicos cruzó el Paso Julier cubierto de pies a cabeza. A su llegada a St. Moritz se encontraron con los cielos azules, el cálido sol y Badrutt, quienes esperaban para saludarlos sin una chaqueta y con las mangas enrolladas. Nació el turismo de invierno de St. Moritz, la joya de Suiza.
Con su ubicación privilegiada a 1,856 metros sobre el nivel del mar, el Kulm Hotel St. Moritz ofrece las mejores vistas del lago St. Moritz. Este hotel histórico, situado en el corazón del pueblo, nos sumerge en la incomparable atmósfera y en su tradicional hospitalidad que se remonta a más de 160 años.
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A este paraíso se llega siguiendo el llamado de las montañas; aquí nos atrae la belleza natural y la luz única que son características de esta región. En St. Moritz realmente podemos dejar todo atrás y disfrutar descubriendo esta hermosa región alpina.
Como el lugar de nacimiento de las vacaciones de invierno, el Kulm Hotel St. Moritz es reconocido mundialmente desde su creación en 1864. La primera luz eléctrica de Suiza se encendió aquí en 1879, y se abrieron los primeros Juegos Olímpicos de Invierno, realizados en 1928 en el parque Kulm. Hoy en día, las modernas comodidades y el confort contemporáneo del hotel complementan con elegancia el espléndido interior de estilo Gründerzeit.
Durante más de 160 años, el Kulm Hotel St. Moritz ha gozado de una excelente reputación por su hospitalidad suiza. Gracias a su fundador, el hotelero Johannes Badrutt, St. Moritz y el Hotel Kulm ya eran los lugares más conocidos en los Alpes suizos en el siglo XIX gracias a su apuesta legendaria.
En la década de 1890, varios invitados de invierno emprendedores estaban ansiosos por desarrollar nuevos deportes utilizando pistas de hielo, y así surgieron aquí el skibobbing, skeleton bobsled y la cresta. Pronto, las competiciones para todos estos deportes se llevaron a cabo en el vasto Parque. Fiel a la tradición, el Kulm Hotel todavía hoy alberga el histórico St. Moritz Tobogganing Club y Cresta Club, y el hotel alberga el Olympia Bob Run St. Moritz-Celerina todos los años.
Desde finales del siglo XIX hasta hace poco, los descendientes de Badrutt han restaurado y ampliado el Hotel Kulm. Hoy, este histórico establecimiento de St. Moritz es propiedad de una compañía financiera, que continúa fomentando el patrimonio bajo los auspicios de la familia Niarchos. La familia, con la ayuda de los directores Jenny y Heinz Hunkeler, está dirigiendo el Kulm Hotel St. Moritz hacia el futuro con el cuidado y el compromiso que el fundador del hotel, Johannes Badrutt, esperaría.
St. Moritz es uno de los centros turísticos más famosos del mundo. Su nombre está protegido como una marca de calidad y se destaca mundialmente por su elegancia y clase: estilo de vida alpino en su mejor momento. El ambiente es cosmopolita y el famoso sol de St. Moritz, que brilla un promedio de 322 días al año, es simplemente legendario. Desde el majestuoso Kulm Hotel, este paraíso nos hace partícipes en la magia de Suiza.
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