Tláhuac se une para preservar la flor de cempasúchil
La flor de cempasúchil es símbolo de nuestras tradiciones. Su color amarillo ilumina los altares y caminos del Día de Muertos.
La flor de cempasúchil es símbolo de nuestras tradiciones. Su color amarillo ilumina los altares y caminos, cada que llega el Día de Muertos. Sin embargo, su belleza y significado sólo pueden perdurar si la protegemos. Es importante fomentar su cultivo responsable, evitando el uso de pesticidas que dañan el suelo y dificultan su correcto crecimiento.
Por: Isis Malherbe
Los productores locales de la flor de cempasúchil de Tláhuac, preservan las técnicas tradicionales de siembra, asegurando la calidad de cada flor y el respeto por la tierra que la nutre. Diversas instituciones gubernamentales y académicas han estado trabajando durante los últimos dos años en un proyecto estratégico para la conservación del cempasúchil criollo.
Este esfuerzo tiene como objetivo salvar esta especie y al mismo tiempo, potenciar la producción local en las comunidades que dependen de su cultivo.
Conservación de la flor de cempasúchil
El Proyecto Estratégico para la Conservación del Cempasúchil busca preservar esta planta, que es un símbolo cultural en México, especialmente en las festividades del Día de Muertos.
Con este proyecto se espera aumentar la producción y mejorar la calidad del cempasúchil criollo, garantizando así su conservación a largo plazo. Esta iniciativa se lleva a cabo en colaboración con productores locales, quienes han recibido capacitación y apoyo técnico para mejorar sus métodos de cultivo.
Esto fortalece la economía local, ya que promueve el consumo de productos locales en la región. Además, este proyecto busca fomentar el uso de prácticas agrícolas tradicionales, que son fundamentales para su conservación. El apoyo de las instituciones académicas ha sido esencial, para la investigación y conocimiento técnico para la mejora de los cultivos. Por su parte, las instituciones gubernamentales han brindado financiamiento para beneficiar a miles de productores en la región.
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México recupera los derechos sobre la semilla del cempasúchil
Hasta ahora, existen 131 variedades de esta planta que están bajo derecho de obtentor, registradas y protegidas en 13 países distintos. Sin embargo, con este avance México asegura que la flor de cempasúchil siga siendo un símbolo de identidad para las próximas generaciones.
La flor se ha sometido a diversos estudios. El “Proyecto Estratégico para la conservación del cempasúchil” es una iniciativa impulsada por floricultores locales de Xochimilco y cuenta con el respaldo de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR) y la química Martha Alicia Martínez.
En este esfuerzo, se encuentran instituciones clave como el INAH, UNAM-Iztacala, COLPOS, UACH, IPN y TEC de Monterrey. Con esta colaboración, se pretende alcanzar varios objetivos. Entre ellos, eliminar la dependencia de semillas importadas, que actualmente afecta la producción nacional de la flor.
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Fortaleciendo la producción
Otro de los grandes objetivos es demostrar, con evidencia científica, que México es el centro de origen de esta flor autóctona que tiene un valor cultural profundo. Gracias a la investigación, se espera fortalecer la producción local y evitar que este en peligro de extinción.
El Proyecto Estratégico para la Conservación del Cempasúchil incluye campos de prueba en CORENADR para la producción de semillas a gran escala. Estas parcelas tienen como propósito identificar las diferentes especies de la flor, describir sus características físicas y recolectar más material genético para aumentar la producción de semillas.
Grandes implicaciones para México
El proyecto tiene como objetivo la reconstrucción del genoma completo del cempasúchil. Para ello, están recolectando diversas variedades silvestres que crecen en diferentes regiones de México. Esto permitirá conocer a detalle su origen, morfología y características genéticas, lo que es clave para determinar su centro de origen.
En la actualidad, estas variedades de cempasúchil están protegidas y registradas en un total de trece países, incluidos Australia, Alemania, China, Estados Unidos, Japón, Kenia, Israel, México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Perú, la Unión Europea y Sudáfrica.
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