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Huevos nube vs. Huevos pochados: dos técnicas icónicas que no cualquiera presume

Por: Desiree Perea 06 Oct 2025

Ambos proceso exigen un dominio de técnica perfecto, y aunque su nivel de complejidad es alto, los huevos nube y los pochados son completamente diferentes.

En la actualidad, la reputación del huevo en la cocina internacional ha cambiado por completo. Hace varios años, era percibido como un ingrediente básico sin mucho que ofrecer; se ha mantenido en la dieta humana por su importante aporte de proteína para el cuerpo. Sin embargo, gracias a los distintos métodos de cocción, hoy es un alimento de primera. Dentro de las múltiples técnicas, en los últimos años los huevos nube y los huevos pochados han causado revuelo.

Una vez que se presentan, es imposible ignorarlos. Sin embargo, para llegar a esa presentación es necesario recorrer un largo camino. A continuación, te contamos sobre los elementos que hacen diferente a los huevos nube de los huevos pochados. Eso sí, ambos son preparaciones que no cualquier persona domina.

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Por: Desiree Perea

Claves que respaldan el éxito de los huevos nube

Existen ciertos métodos de cocción para esta proteína que han requerido de muchos años para ganarse la preferencia a nivel mundial. Sin embargo, los huevos nube lograron posicionarse gracias al poder de las redes sociales. ¿La razón? Simple, su presentación es perfecta, lo que genera un gran tema de conversación alrededor. Esta técnica implica varios procesos que deben seguirse al pie de la letra.

En primer lugar, debemos partir de un huevo crudo fresco y en buen estado; la clara debe poder separarse de la yema fácilmente, esta última no debe romperse. Una vez que están separados ambos elementos, la clara debe batirse a punto de nieve; deben formarse picos firmes sin perder volumen. Esta parte se coloca sobre una bandeja para horno, y se le da forma de un nido, en la parte central se debe poder contener la yema. 

Huevos con clara horneada. Foto de Flickr.

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La primera parte se hornea hasta obtener una textura crujiente y bordes ligeramente dorados. En el último momento de cocción, se agrega la yema para que se cocine ligeramente. Aquí el tiempo es lo más valioso; debe ser el justo para evitar que el centro se cocine en exceso. Comúnmente, los huevos nube se acompañan con pan tostado.

A simple vista, los huevos nube son todo un deleite que es imposible ignorar. Cada paso dentro del proceso es crucial para servir una verdadera obra de arte comestible. En cuanto sale del horno, se pueden espolvorear especias en la parte superior para elevar el sabor.

¿Qué hace tan difícil lograr unos huevos pochados decentes?

La cocina francesa nos ha dejado claro por qué se ha ganado tal reconocimiento a nivel mundial. Sin importar si hablamos de cocina salada o dulce, las aportaciones culinarias de este país hoy son aceptadas a nivel mundial. A diferencia de los huevos nube, los huevos pochados se cocinan bajo el método conocido como calor húmedo.

A más de uno sorprende esta técnica, pues no es nada fácil. El huevo crudo y sin cáscara, se sumerge delicadamente en agua hirviendo. Se debe formar una especie de remolino en el agua , para lograr que la clara envuelva por completo a la yema. Por otro lado, es clave controlar el nivel del fuego; un buen huevo pochado debe cocinar la clara y la yema, manteniendo esta ultima completamente líquida.

Huevos término medio. Foto de Pexels.

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El tiempo de cocción también es breve, el proceso no tarda más de 4 minutos. Al final, se obtienen piezas con una textura ultra delicada. La clara es suave, sedosa y aterciopelada, casi como un flan. En cuanto a la yema, se mantiene líquida, lista para reventar y mezclarse con pan o salsa. Lograr este conjunto de texturas es más complicado de lo que parece; para muchos chefs expertos, es una de las pruebas de fuego que los hace sufrir en más de una ocasión.

Señalar la diferencia entre los huevos nube y los huevos pochados no pretende crear una lucha entre cada técnica. Al analizar cada uno, podemos entender que los ha llevado a convertirse en un ícono de la cocina internacional. Ambos demuestran que, con un poco de técnica y paciencia, el simple huevo puede transformarse en una experiencia de otro nivel.

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