5 nieves mexicanas que tienes que probar una vez en la vida

Las nieves mexicanas son una delicia de la que nadie debería privarse. Son frescas, se hacen con sabores frutales y tienen mucha tradición en nuestro país. Encontrarlas no es difícil, pero hay que saber dónde comprarlas. Estas son 5 nieves mexicanas que no pueden faltar en tu lista de cosas a hacer este año.

Por Ollin Velasco

¿Qué hace especiales a las nieves mexicanas?

Muchas cosas. Pero, desde nuestra perspectiva, influye mucho que se hacen con muchas frutas frescas de temporada, así como con el método tradicional de garrafa. Eso no es cosa menor, especialmente porque ambas cosas implican que sus sabores finales sean honestos e irrepetibles. ¿Quién no ha comido nieves mexicanas inolvidables?

1. Nieve de limón

Por simple que parezca, es de nuestras nieves favoritas y que consideramos que mejor hablan por las regiones donde se producen cítricos en México. La nieve de limón es un clásico que se disfruta solo o acompañado de algún dulce regional, y que siempre te hará feliz.

Recuerda que la temporada ideal para consumir limones es entre julio y noviembre. Otra cosa importante: asegúrate de que sean nieves mexicanas hechas con la ralladura de la cáscara de dicho fruto. De lo contrario, si solo se hace con su jugo solo conseguirás que te sepa muy ácido.

2. Nieve de chicozapote

Ojo: no se trata de la nieve de zapote que se puede encontrar en muchos lugares cálidos de México. La de chicozapote es distinta y especial. Esta fruta tropical tiene su mejor momento entre agosto y enero, y sabe muy distinta al zapote.

El chicozapote en nieve es dulce, con un ligero dejo terroso y con pulpa suficiente como para imaginarte cómo sería darle una mordida a dicha fruta. Por si no lo sabías, los chicozapotes de la Cañada de Oaxaca son deliciosos.

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3. Nieve de tamarindo

También se trata nieves mexicanas elaboradas con una fruta que difícilmente se encuentra en todo el mundo. El tamarindo en realidad es una leguminosa africana, pero aquí sabemos utilizarla a la perfección para hacer este tipo de postres.

Si tienes la oportunidad, prueba una nieve de tamarindo con chamoy y chile seco espolvoreado encima. Es algo que, si te gusta el picante, te encantará.

4. Nieve de tuna

Ésta también es una delicia convertida en rareza. La nieve de tuna, tal y como lo dice su nombre, es un postre que solo puede conseguirse si se producen o venden tunas a la redonda.

Recuerda que las tunas pueden ser verdes, rojas, rosadas o hasta amarillas. Dependiendo de eso, el sabor y su color cambiarán. Es emocionante probar una nieve de tuna, precisamente por eso: no sabrás lo exquisita que puede ser hasta que verdaderamente te la lleves a la boca.

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5. Nieve de naranja

Los mejores meses para refrescarte con nieve de naranja son septiembre y octubre. Y posiblemente la zona en la que mejor se den, es todo Veracruz. Si tienes oportunidad de probarla, procura que sea elaborada con naranjas de ahí y que realmente sean de temporada.

Como tip, también puedes probarla con chamoy o también como flotante de algún coctel que vaya bien con cítricos. Ponte a pensar sobre el hecho de en cuántos países la naranja es un lujo: acá la tenemos todos los años.

Ya que conoces un buen número de nieves mexicanas que posiblemente nunca vuelvas a comer más ricas que aquí, ¿por cuál empezarías la cata?