Después de relajarse y comer delicioso en el malecón de la Laguna de Cajititlán, hay más actividades que disfrutar
¿Conoces la laguna de Cajititlán? En Jalisco existen poblados con sitios llenos de magia que todos deben conocer. Esto, debido a su belleza natural, sus increíbles vistas y la buena vibra que se vive en ellos. Tal es el caso de la Laguna de Cajititlán, un destino acuático único y especial rodeado de serranías y lugares mágicos.
Ubicada a 25 kilómetros de la capital tapatía, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, esta laguna alcanza casi los 11 kilómetros de largo por 5 de ancho, mientras que en sus partes más profundas alcanza hasta los 2.5 metros. Con estas dimensiones, la Laguna de Cajititlán es el segundo cuerpo lacustre más importante del estrado. Y aunque no tiene salida al mar, hay 5 arroyos que convergen en ella, además de los escurrimientos de Cerro Viejo, Los Sauces y Potrerillos.
Para quienes no la conocen, el significado de su nombre proviene del náhuatl “Caxitl” que significa platón, cajete, jícara o recipiente. En la cuenca de esta laguna están asentadas varias poblaciones que preservan cada uno sus tradiciones. Se trata de Tlajomulco de Zúñiga, Cima del Sol, El Cortijo, Galaxia la Noria, Lomas de Tejada, San Miguel Cuyutlán, San Lucas Evangelista, Cuexcomatitlán, San Juan Evangelista y Cajititlán.
Tamales con caldito, el pozole de tamal de Tepatitlán, Jalisco
En todos ellos se puede tener un rato agradable y totalmente familiar, como en el muelle o malecón de Cajititlán donde hay paseos en lancha que ofrecen los mismos pescadores del pueblo. También es ideal para organizar caminatas y deleitar el paladar con la gastronomía local, en la que destacan los platillos derivados de la pesca de mojarra, tilapia, carpa y charal.
También es posible observar aves, ya que la Laguna de Cajititlán sirve como fuente de alimento y refugio a casi 60 especies aladas, tanto locales como migratorias. Algunas de ellas son la garza ganadera, garzón blanco, garza nocturna coroninegra y de dedos dorados, gallareta, cormorán oliváceo, ibis negro y el Pelícano borregón, el cual viaja desde Canadá hasta México, para refugiarse del frío invierno.
Esta gran diversidad de aves le otorga una gran relevancia a este espacio, ya que representa un hogar digno para la conservación de aves migratorias que son importantes para los países en donde residen.
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Después de relajarse y comer delicioso en el malecón de la Laguna de Cajititlán, hay más actividades que disfrutar en el pueblo que lleva el mismo nombre.
Frente a la laguna hay un templo muy especial, la Basílica de los Reyes, que fue construida en honor a los Tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar. Este lugar alberga en su interior un retablo dorado donde la figura de estos tres personajes fue labrada en madera de mezquite. Cada año, del 30 de diciembre al 8 de enero, se organiza una fiesta tradicional con música, pastorelas, danzas, misas, peregrinaciones y fuegos pirotécnicos. Miles de fieles se dan cita para obtener la bendición de los Santos Reyes.
Otro punto a visitar es el Santuario de Guadalupe, un pequeño templo construido en el año 1666 como hospital. Su atractivo se basa en la gran cantidad de figuras prehispánicas labradas en la fachada e interior. Para calmar el hambre después de un paseo por las calles de este pueblo, lo mejor deleitar el paladar con unas sabrosas gorditas hechas a mano en comal o darle con rienda suelta al antojo con los chicharrones, carnitas y codornices asadas que se venden especialmente los domingos.