Conoce el castillo donde puedes hospedarte en el corazón de París
Un viaje a través del tiempo, así se sienten las visitas a una ciudad como París. Este destino europeo mantiene vivas las distintas etapas de su historia.
París, es esa ciudad que siempre ha sido más que un destino. Es un estado del alma, un lienzo en el que el cielo se mezcla con los tonos cálidos de las luces al atardecer. Al pasear por sus calles, es posible ser testigo de que el tiempo no tiene gran poder. Es aquí donde el Hotel Saint James Paris se presenta como un refugio de ensueño. Este château urbano del siglo XIX, se encuentra rodeado por un jardín privado, invitando a descubrir un mundo completamente diferente.
Por: Alexis Beard
La esencia de París sin salir del hotel
En el prestigioso distrito 16 de París, rodeado de tranquilidad y a pocos pasos de los puntos más emblemáticos de la ciudad, el Saint James Paris emerge como una obra maestra de estilo y sofisticación. Este hotel está ubicado en un edificio neoclásico que alguna vez albergó la Fundación Thiers y anteriormente sirvió como residencia privada del presidente Adolphe Thiers.
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Hoy, tras una renovación magistral a cargo de la diseñadora Laura Gonzalez, el Saint James es un refugio único, que combina el encanto de una mansión parisina con un diseño contemporáneo. Desde el momento en que se cruza la puertas, una atmósfera combina la majestuosidad clásica con un diseño audaz y contemporáneo. Las manos de la reconocida diseñadora han transformado el interior en una obra de arte. Cada habitación cuenta una historia diferente, llena de colores vibrantes, texturas y detalles que susurran cada capítulo.
El Saint James Paris no es solo un hotel, es una experiencia. En primer lugar, vale la pena detenerse en su biblioteca, un espacio acogedor en el que podrían pasarse horas entre libros antiguos. La sensación de exclusividad se extiende al restaurante Bellefeuille, donde la cocina del chef JulienDumas lleva en un viaje gastronómico que celebra los sabores de la región con una creatividad sorprendente. Cada plato invita a la contemplación antes de deleitarnos con su sabor.
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En las mañanas, lo primer que se escucha es el canto de los pájaros que se refugian en el jardín, un lujo que pocos hoteles en París pueden ofrecer. Al sumergirse en el spa, el tiempo se detiene. Es el lugar perfecto para olvidar por un momento el estrés de la vida cotidiana, todo gracias a las manos expertas de quienes cuidan cada detalle.
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El Saint James Paris es más que un lugar para descansar; es un símbolo de la París que todos imaginamos y anhelamos vivir. En cada rincón, se respira una mezcla de historia y modernidad que hace de esta ciudad un lugar único. Al salir, mientras un poco de su magia acompaña a cada viajero, con una promesa de volver. París y el Saint James siempre esperan con los brazos abiertos.