Las Cascadas de Comala son unas impresionantes caídas de agua sin alterar por la mano del hombre. Ahora que México vive algunas de las olas de calor más intensas en su historia, todos buscan refrescarse de diferentes maneras. Pero en ocasiones olvidan que la mejor de ellas es hacerlo en los grandes tesoros acuáticos que la naturaleza nos ha regalado.
En Jalisco existen muchos de estos lugares, especialmente cerca de las grandes ciudades como la capital tapatía. Una de estas atracciones ecoturísticas imperdibles son las imponentes Cascadas de Comala. Se trata de tres maravillosas caídas (o saltos) de agua que se formaron gracias a la corriente del Río Jalpa. Por lo que son ideales para todos los viajeros nacionales e internacionales que huyen de las altas temperaturas y quieren refrescarse, jugar y descansar en pareja; con familia o amigos.
¿Cómo llegar a las cascadas de Comala?
Para aproximarse de manera sencilla a este lugar, primero hay que llegar al municipio de Chiquilistlán, situado al suroeste del estado, en la Región Sierra de Amula. Una vez aquí, es fácil dar con el paraje casi virgen donde escurren aguas color azul turquesa. En las Cascadas de Comala existen varios estanques cuya profundidad depende mucho del mes del año en que se visiten. Aunque los que ya han disfrutado de este hermoso spot, señalan que la mejor temporada para hacerlo es durante la época de estiaje. Esto es entre los meses de febrero a abril, para evitar la crecida del río y sus poderosas corrientes.
Para los más aventureros, esta joya de la naturaleza ofrece varios retos, como hacer rapel por las paredes de las cascadas (tan sólo una de ella tiene casi 17 metros de altura), senderismo y bici de montaña en las orillas. También se pueden hacer trayectos de mayor adrenalina practicando cañonismo, ya que hay acceso desde el pueblo siguiendo el cauce del Río Jalpa.
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Bosques de Jalisco
Con tanta agua corriendo por el corazón de este pueblito de Jalisco, es normal que exista una vasta riqueza natural de casi 20 mil hectáreas de bosque, donde predominan varias especies de pino, roble, cedro, encino, pinabete, huizache, huaje y tepame. En cuanto a la fauna, existen diversas especies con las que se puede convivir como venados, liebres, ardillas, así como algunas aves como la palomera habanera y la codorniz. También hay coyotes, pumas, tuzas, mapaches y faisanes.
Si después de tanto ejercicio, deseas recobrar energías y consentir al estómago, puedes armar un picnic en sus alrededores o mejor aún, bajar al pueblo y probar el delicioso borrego al pastor, la birria de borrego y cabrito. Para las bebidas, lo mejor es un buen mezcal barranca, un alfañique o un ponche típico de la región. Mientras que la sugerencia en postres, unas trompadas de leche quemada son la elección.
Para cerrar un hermoso recuerdo de tu visita, puedes comprar algunas de las artesanías que se venden en el centro del municipio. Hay huaraches, chiquihuites, artículos finos de ixtle, recubrimientos de botellas de cristal, tapetes, sombreros y canastas de otate, entre muchos artículos más.