Conoce algunos de los animales más extraños que puedes comer alrededor del mundo. Puede que algunos te gusten y otros no pero vale la pena saber.
En gustos se rompen géneros y en tema de comida hay un sinfín de oportunidades para probar cosas distintas a lo cotidiano cuando viajamos. Estamos por mostrarte algunos de los animales que se comen alrededor del mundo; en algunos lugares esuna práctica común poder disfrutarlos con especias y condimentos, mientras que en otros sería considerado una aberración. Más allá de cómo lucen, estos alimentos pueden resultar una experiencia fuera de serie en cuanto olvidemos lo que creemos saber del animal para permitirnos abrir el sentido del gusto y el olfato a su sabor real.
Descubre cuáles son los tés más raros del mundo
Sin que apoyemos o rechacemos estos platillos, dejamos a tu consideración aquellos que son antojables para que planees tu próximo viaje donde encuentres nuevos sabores y texturas por donde pases. Perros, gatos y ratas son algunas de las opciones que podrías tener para armar un menú para nada convencional.
Por Ingrid Cubas @ingrid_cb
Araña
Las tarántulas que tanto te espantan desde que viste “Mi pobre angelito” y las arañas gigantes de “Harry Potter” son cosa del pasado cuando visitas Camboya y notas la facilidad con las que la gente se las lleva a la boca.
De inmediato olvidas todo el daño que podrían hacerte si te atrapan cuando te cuentan lo delicioso que es freírlas y sazonarlas con ajo y hierbas para que las tomes directamente de bandejas de madera donde las apilan. Además tienes la opción de elegir si las deseas preparadas o si deseas conservarlas vivas para llegar a casa y darle tu propio sazón a su cocción. Por lo general, disfrutan comerlas crujientes y recién salidas del sartén.
Por si fuera poco, puedes probar otras variantes de insectos como cucarachas, gusanos o saltamontes. Cada araña llega a costar 2 mil rieles camboyanos; es decir, unos diez pesos pues se tiene que contemplar lo difícil que resulta conseguirlas sin contar lo peligroso que es soportar su veneno al atraparlas.
Caballo
Mientras que en Estados Unidos está prohibido comer carne de caballo, otros países de gran tradición gastronómica como Francia y Japón encuentran gran placer en elaborar platillos con carne de este animal. Alemania, Bélgica, China, Escocia, Indonesia, Kazakstán y Suiza son otras de las naciones que se han declarado a favor de comer caballo para producir salchichas, brochetas, sushi, lasaña y hamburguesas.
Por otro lado, hay quienes aseguran que esta carne es aún mejor que la de cerdo y ternera debido a que posee menos grasa y esto termina siendo una buena noticia cuando resulta más barata que la carne convencional en países como Argentina, donde el kilo se consigue a 60 pesos; es decir, 75 pesos mexicanos.
Incluso se puede conseguir jamón de caballo al horno en Italia. La polémica sobre el consumo de caballo surgió a raíz de la falta de registros sobre los medicamentos que se proveen a los caballos.
Elefante
Se dice que la humanidad ha comido carne de elefante desde hace más de 80 mil años pues desde la prehistoria los cazadores se daban a la tarea de derribar ejemplares de gran tamaño para poder alimentar a toda su tribu.
En la actualidad una práctica de este tipo no es común debido al peligro de extinción que enfrenta la especie pero hay lugares como Zimbabue donde la emplean como un tesoro alimenticio que no puede desperdiciarse.
Un elefante promedio podría proveer 500 kilos de carne dispuesta a saborearse por 6 mil dólares, lo que serían $112,641 sin contar el marfil que también poseen de forma tan codiciada.
Gusanos de seda
Cuando vayas a Corea pide un hotteok, pues se trata de un snack hecho con gusanos de seda al vapor que resultan muy nutrientes. Su consumo es muy común, tanto como aquí se han comido chapulines desde tiempos ancestrales.
Otra opción es el bondegui hecho con las crisálidas de los gusanos de seda una vez que están cocidas. Durante tus paseos por la calle podrás encontrar muchos puestos que ofrecen este platillo servido para comerse al momento con la ayuda de un palillo de madera pequeño.
Su aroma es penetrante y tiene cierto parecido al de la madera quemada, la textura es parecida a la de los escamoles aunque de tamaño los gusanos son mayores. Para los coreanos es como comer cacahuates, los comen de forma cotidiana, sin encontrar nada raro en esta práctica.
Hormigas
En México tenemos a las hormigas chicatanas, pero en Francia puedes encontrar platillos con hormigas bañadas en chocolate mientras que en China están totalmente conscientes de que comer estos insectos los ayuda a prevenir la artritis y la hepatitis.
Se dice que actúan como antiinflamatorios y calman el dolor, así que una vez bien cocidas no pueden saber tan mal, después de todo tienen una de las dietas más amplias que puede imaginarse, desde otros insectos hasta hongos y restos de animales, frutas, verduras y todo tipo de componentes son un festín para ellas.
Ahora podríamos sentirnos contentos de la canción de Garfield donde se les veía arruinando un picnic al llevarse la comida.
Olvídate de poder convertirte en Batman, la principal razón que se emite a favor de comer murciélagos se centra en su sabor peculiar y una sopa apetitosa que se puede preparar con ellos. Por otro lado, hace un par de años se prohibió tanto su venta como su consumo debido al brote del virus del ébola que se dio en Guinea dejando muertas a decenas de personas, pues se les acusaba de ser la principal fuente del brote epidémico.
La sopa que se hace con ellos se hace cocinándolos al fuego en primer lugar para posteriormente poder hervirlos en leche de coco y agregar una salsa picante con jengibre, cebolla y sal de mar, receta que se atribuye a Filipinas. Otra razón por la que no es tan buena idea comer este tipo de sopa se encuentra en la misma alimentación de los murciélagos, que se alimentan de plantas que pueden ser venenosas para el consumo humano.
Por otro lado, el costo de estos mamíferos asciende al millón de dólares, pues los científicos los emplean como un radar para evaluar cambios en los ecosistemas que generan impacto en la agricultura.