Las zonas montañosas de China y Taiwán son las que producen el mejor oolong del mundo, debido a que las hojas absorben la luz solar todo el día, mejorando el desarrollo de sus aromas y sabores.
Por: Fernanda Hernández
El suave sabor floral con notas frutales del té oolong, o té azul, es muy apreciado en la cultura china.
Se recolecta bajo los estándares de la categoría Zhong a Da Kai Mian, un método que utiliza las hojas más grandes.
Después, las hojas se dejan secar al sol hasta que estén flexibles y posteriormente se inicia la oxidación.
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Las hojas marchitas se agitan de tres a cinco veces cada dos horas; el maestro de té, que se encarga del proceso, sabe el momento exacto donde las hojas han alcanzado la fermentación adecuada.
Un buen oolong se enrolla en forma de “bolita” y toma un color verde amarillento con los bordes ligeramente rojos.
Las zonas montañosas de China y Taiwán son las que producen el mejor oolong del mundo, debido a que las hojas absorben la luz solar todo el día, mejorando el desarrollo de aromas y sabores.
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Este tipo de té, se prepara en teteras de vidrio o cerámica, para mantener los aromas naturales durante la infusión.
La temperatura del agua debe ser de 80 a 90°C, con un reposo de tres a cinco minutos dependiendo el origen de las hojas.
La taza de té, se debe llenar ¾ o a la mitad, para que los invitados puedan tomarla sin quemarse y el servicio sea apropiado.
Cabe señalar que el oolong se puede infusionar hasta dos veces sin perder sus cualidades.