Un viejo conocido en bares y restaurantes, el Moscow Mule es un trago de origen estadounidense que no puede faltar en las reuniones de días calurosos. Su receta data de hace más de 80 años; no obstante, está más vigente que nunca. Hoy te contamos más de su historia y peculiaridades, para que estés absolutamente preparado antes de pedirlo en tu bar favorito, la próxima vez.
Por Desiree Perea
Anatomía del Moscow Mule
La lista es simple para iniciar dentro del mundo de la coctelería, puesto que no necesitas herramientas extras para tenerlo listo en casa. Vodka y la cerveza de jengibre son las estrellas principales de la receta. Para darle un toque cítrico extra, añade jugo de limón a la preparación. También puedes reservar una rodaja para decoración, como último paso.
Por otro lado, si no encuentras muy accesible la cerveza de jengibre o necesitas salir de un apuro en una reunión no planeada, tienes opciones. El ginger ale puede ser el sustituto perfecto, ya que lo puedes encontrar en tiendas o licorerías. Se trata de una bebida de gas donde predomina el jengibre y el limón, que además está endulzada.
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Fusión de culturas
Comenzando con los detalles de este trago peculiar, hablaremos sobre algo que le intriga a cualquiera: ¿cómo se llegó a la combinación de vodka y cerveza?
Existe una versión de que fueron tres personas las encargadas de hacer este combo posible, a los cuales los unía un factor en común: dinero. En la década de los 40’s, el bar inspirado en la cultura londinense Cock n’ Bull vió nacer el Moscow Mule. Jack Morgan era el dueño del lugar, quien había presentado a los clientes una cerveza de jengibre, a la cual le tenía esperanza, pero no tanto futuro en el mercado.
Por otro lado, John Martin recién había adquirido una licencia para venta en el país americano de la marca rusa especializada en vodka Smirnoff. Finalmente, Sophie Brezinsky llegaría a completar la receta. Pues contaba con un lote de jarras de cobre de la empresa de su padre, que necesitaba acomodar en el mercado con urgencia.
Así fue como la conjunción de estos tres elementos le dieron entrada a una nueva bebida en el mundo de la coctelería. Sin embargo, la información actual le otorga el crédito total al jefe de bartenders del lugar conocido como Wes Price. La historia verdadera se mantiene como un gran misterio, pero lo cierto es que actualmente, las personas pueden ser autores de su propio Moscow Mule en casa.
Elementos para la presentación
La jarra de cobre en su color original es un factor que no puede faltar al servir este trago. Este material ayuda en gran parte a mantener fresco el líquido al interior, con ayuda de hielos. Los hielos pueden estar en cubos grandes o pequeños, y algunos han elegido servirlo como raspado, para tener mayor comodidad al momento de tomarlo.
También es común verlo servido con una pajilla que ayuda a disfrutar exclusivamente del trago, sin ningún elemento extra.
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Las otras caras del Moscow Mule
La receta original no prohíbe la presencia de otros licores o destilados en su elaboración. Las pruebas han comprobado que las variantes en este trago no son una falta de respeto, y que cada persona las podrá juzgar frente al Moscow Mule original.
Puedes intentar con gin, en lugar de añadir vodka; o bien, para una versión mexicana, el tequila es un buen aliado. Gracias a que el sabor es sutil y está incluido en otros tragos cítricos como las margaritas. De igual manera, si te consideras amante del whisky, añade Bourbon y descubre si esta versión se gana tu corazón.