Mama Rabbit es el nuevo mezcal bar de Las Vegas para vivir al máximo los sabores del agave. Bricia López nos cuenta la historia de amor con esta bebida.
¿Qué detiene a Bricia López? No son las fronteras entre su natal Oaxaca y Estados Unidos. Tampoco es la distancia entre Los Ángeles, donde dirige su restaurante Guelaguetza, y Las Vegas, donde la semana pasada abrió su bar de mezcal Mama Rabbit. No es haber dejado Mitla a los diez años y llegar con toda su familia a un país en el que no tenían papeles ni idioma.
Al parecer nada detiene a Bricia López.
Por Michelle López
Mama Rabbit es el nuevo bar de Las Vegas donde la estrella es el mezcal oaxaqueño. Ubicado al interior de Park MGM, sobre la legendaria Strip, este lugar te recibe con un mural de la diosa Mayahuel que inspiró el nombre. También, si tienes suerte, recibe la misma Bricia, con una sonrisa enorme y la alegría de quien lleva años de conocerte. En momentos mezcla inglés y español, pero de una forma tan natural que en ningún momento resulta chocante. Este espacio, que convive con la exhibición Haus of Gaga, el restaurante semi-speakeasy Best Friend y la famosa Eataly, es una aventura imperdible.
“Mayahuel es la diosa del mezcal, del agave, de la fertilidad,” explica Bricia. “Cuando nombramos el lugar no podíamos usarlo, pero pensamos, ¿quién es Mayahuel? Es una diosa y es mamá, 400 conejos son sus hijos. She’s a mom! Yo también soy madre, y cuando una es mamá, lo es antes de todo lo demás.” Y precisamente de la Mamá de los Conejos viene el nombre Mama Rabbit.
Apenas entras, la vibra se siente distinta. Entre neones rosas, velas y sillones acolchados se vive el mezcal como nunca antes. Algo que Bricia menciona constantemente es que considera su misión mantener viva la cultura mexicana a través de sus sabores. “La manera en que el mexicano recuerda es con el mezcal y el tequila. Yo no recuerdo mi vida sin el mezcal. Mis abuelos hacían mezcal, mis bisabuelos, mi papá, mis tíos. Es parte de quién soy.”
–¿Cuál es la diferencia entre tequila y mezcal?
Algo que Bricia valora inmensamente en la personalidad mexicana, y algo que demuestra constantemente, es el instinto empresarial en cualquier escala. “Cuando tú creces en México, la mujer que está afuera de su casa vendiendo jugos de naranja, she’s an entrepreneur! El término es muy lavish, pero en verdad el mexicano tiene un espíritu entrepreneur desde que nace. La gente que vende jugos en las calles, memelas, tlayudas, they’re all entrepreneurs. Y yo creo que siempre vi que lo puedes hacer. Desde chica vi ese espíritu de hacer cosas.”
Bricia nació en Mitla, y llegó a Los Ángeles a los diez años. Sus padres abrieron Guelaguetza, hoy un restaurante icónico de cocina oaxaqueña, y su vida se transformó. “Yo llegué a Los Ángeles a los 10 años, y toda mi vida era Oaxaca. Caminaba de la escuela y mi mamá tenía comida hecha por ella, hacía tortillas todos los días, y llegar de eso a Los Ángeles era completamente diferente. Era trabajar todo el día, yo no veía a mis papás: salían a trabajar a las 6 de la mañana y volvían a la medianoche. En la escuela la gente hablaba inglés y yo no entendía. Pero hoy en día no cambiaría nada de eso.”
Aunque Bricia considera una bendición haber nacido en Mitla, le agradece a Los Ángeles inculcarle el valor del esfuerzo. “Me enseñó a trabajar todo el día, lo que significa luchar por un sueño y a la unidad de la familia. Hoy en día el negocio es entre mis hermanos y yo.”
De Mitla, eso sí, se trajo el profundo amor al mezcal y sus procesos, que conoce íntimamente. “Recuerdo la primera vez que vi a mi papá hacer mezcal, jalaba una manguera hasta que salía y empezaba a llenar sus botellas. Siempre lo veía y me fascinaba. Un día cuando él estaba fuera jalé esa manguera y me llené de mezcal. Empecé a ahogarme y llegó mi papá. ‘¿Qué hiciste?’ ‘¡Quería ayudar!’ Tenía tal vez siete años. Yo viví en una familia mezcalera. No tengo una memoria sin mezcal.”
La familia de Bricia visitaba Las Vegas con frecuencia; al ser indocumentados sólo podían moverse por tierra y la Strip era la oportunidad perfecta para sentirse en Grecia, Nueva York, o París. “Amo Vegas. Recuerdo venir de niña y decir, ‘aquí es donde se hacen las cosas’. Aquí es donde el resto del mundo se encuentra con lo que está pasando. Aquí es donde la gente cambia su percepción del mundo. Es aquí donde cambia una cultura. ” Pero veía siempre las mismas bebidas, ron, whisky, vodka, y decidió transformar esa tendencia.
Mama Rabbit “sí es vender mezcal y tequila, pero también es vender la cultura, lo que somos nosotros, porque ¿quién dice que debes pagar cien dólares por un sushi pero un dólar por un taco? Es la percepción de la cultura. Cuando el mundo diga, obviamente un taco cuesta cien dólares, es cuando has apreciado la cultura. Cuando los mexicanos digan, sí valemos cien dólares, no valemos un dólar, es cuando cambia lo que podemos hacer con nuestra vida.”
–48 horas: cocina urbana en Los Ángeles, California
El mezcal ha tomado importancia fuerte en Estados Unidos, principalmente en esta ciudad que nunca duerme. “Hay mucha gente que no le gusta el mezcal y dice que no es para ella, pero yo creo que es porque nunca han probado un coctel de mezcal,” apunta Bricia. “Es la diferencia, en Estados Unidos hacen increíbles cocteles. Yo digo a la gente que nunca tome un coctel en Oaxaca, cuando vayas es porque te encanta el mezcal y quieres probarlo natural, toma sólo mezcal y tómalo todo el día. Pero cuando vas a Las Vegas… Ahora ves cocteles de mezcal en todos los menús, hemos llegado al punto en que no se puede abrir un restaurante sin un coctel de mezcal.”
El respeto al agave es casi una religión, y Bricia conecta con él de forma muy especial: a través de la maternidad. “Cuando veo al agave yo lo veo como una mamá. Es una planta femenina que tiene hijos: el agave deja hijuelos y de ellos crecen más agaves. Cuando yo veo que matan plantas de tres años, pienso, ‘pobres niños’. Personalmente soy sensible a eso. Cuando veo al agave de veinte años que lo castran para producir, me pongo a pensar, ‘tal vez es lo que un agave quiere ser en su vida, ser un buen mezcal.’ Es su propósito en la vida.”
Mama Rabbit busca ser mucho más que un mezcal bar: quiere convertirse en un punto de encuentro, de difusión de la cultura mexicana, sobre todo oaxaqueña, y un puente para descubrir el buen beber.
“Aquí yo dejé una parte de mi esencia,” afirma Bricia. Para ella lo mejor es la sensación de orgullo ante la identidad de nuestro país. “Ver una mujer indígena en esta pared y pensar, ‘eso es lo que es ser bonita’, verte a ti misma en un lugar, sentarte y ver que hasta aquí hemos llegado como mexicanos y oaxaqueños. Para mí no es solamente este lugar, es que la gente se sienta increíblemente orgullosa de quienes somos. En ese momento es cuando van a cambiar las cosas en este país. There’s mezcal in Vegas! Obviously we’re awesome!”
Los esfuerzos de Bricia y Mama Rabbit están enfocados también a que quienes nunca se han tomado la oportunidad de conocer México y el mezcal empiecen a antojarse. “Todo lo que hago es para eso. Creo que el mezcal es el vehículo más importante, increíble, perfecto. Cuando tomas mezcal estás bebiendo una cultura, y no es nada más por shots, es pensar que algún día queremos ir a Oaxaca y ver de dónde viene esto. ¡Como el vino! La gente viaja a Italia o París a probar el vino, pero yo digo que hay lugares más increíbles en México. Es la esencia de lo que somos, la comida, la bebida. ¿Por qué la gente no hace ese viaje?”
Aún queda mucha gente que se acerca al mezcal con recelo. ¿Cómo perderle el miedo? “Si te gusta el alcohol y los sabores, si quieres sentir, el mezcal es para ti.”
Mama Rabbit Mezcal + Tequila Bar
Park MGM, planta baja
3770 S Las Vegas Blvd, Las Vegas, NV
Lunes a domingo, 17:00 a 2:00