La kombucha artesanal es una bebida fermentada elaborada a base de té endulzado y cultivada con un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras (SCOBY). Su […]
La kombucha artesanal es una bebida fermentada elaborada a base de té endulzado y cultivada con un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras (SCOBY). Su producción manual respeta los tiempos naturales de fermentación, lo que potencia sus propiedades probióticas y beneficios digestivos. A diferencia de las versiones industriales, mantiene vivas sus bacterias benéficas y evita procesos de pasteurización.
Por: Isis Malherbe
Gracias a su preparación cuidadosa, ofrece un sabor complejo, ligeramente ácido y con burbujas naturales. Además de refrescante, es una alternativa saludable que promueve el bienestar intestinal y fortalece el sistema inmune.
Durante años, Alex Himmelbauer, fundador de Kombucha Valle Sana, enfrentó problemas digestivos que deterioraron su salud física y emocional de forma constante. A pesar de intentar múltiples tratamientos médicos, tomar antibióticos y seguir consejos clínicos, su digestión no mostraba señales de equilibrio o mejora. No obstante, todo cambió cuando su esposa tomó un curso de fermentación y lo introdujo a la kombucha, bebida milenaria de origen asiático.
Aunque fue escéptico en un inicio, Alex decidió probarla con curiosidad. Después de algunas semanas, notó una mejoría significativa. Ese primer acercamiento despertó un interés genuino en los beneficios probióticos de la kombucha y su relación con el sistema digestivo.
Con el tiempo, esa curiosidad se transformó en una pasión profunda por elaborar una bebida que ayudara a más personas desde lo natural. Así nació Kombucha Valle Sana, una marca que hoy se posiciona como un referente en el país por su proceso artesanal y compromiso sostenible.
Cada lote de Kombucha Valle Sana se produce de manera manual, respetando el ritmo de fermentación que permite desarrollar bacterias benéficas. El proceso inicia con una infusión de té verde o negro orgánico, endulzada con azúcar sin refinar, base ideal para la transformación posterior.
A esta mezcla se le añade un cultivo llamado SCOBY (Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast), que activa la fermentación durante varios días. Este proceso genera una ligera efervescencia natural, así como ácidos orgánicos, enzimas, vitaminas y probióticos esenciales para el equilibrio digestivo.
El agua utilizada es recolectada de manantiales en las montañas de Valle de Bravo, una fuente rica en minerales y libre de cloro o metales pesados. Este enfoque garantiza que cada botella conserve su vitalidad, sin pasteurización ni aditivos, y que sea una bebida viva desde su origen.
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Más allá de la fermentación, el proyecto defiende una visión holística del bienestar, que integra cuerpo, territorio y responsabilidad colectiva. Por ello, el equipo trabaja con pequeños productores, selecciona ingredientes certificados y reutiliza botellas para reducir el impacto ambiental.
Además, la kombucha se embotella en frío y se distribuye sin romper la cadena de refrigeración, garantizando así su potencia probiótica real. En palabras de Alex Himmelbauer, “producir bien también significa cuidar el entorno y hacer comunidad con quienes comparten valores similares”. Esta filosofía ha guiado cada decisión de la marca, desde el diseño del producto hasta su presencia en ferias de alimentación saludable y sostenibilidad.
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En los últimos años, la kombucha ha ganado popularidad en México, especialmente entre personas que buscan opciones naturales para mejorar su digestión. El aumento en el consumo de alimentos fermentados también refleja una tendencia global por recuperar métodos ancestrales que beneficien al microbioma humano. Dentro de este contexto, Kombucha Valle Sana representa una alternativa confiable, local y ética frente a marcas industriales con procesos poco claros.
Además, la marca ha sido pionera en generar diálogo educativo sobre el rol de los probióticos en la salud intestinal, en ferias, charlas y redes sociales. Esta labor de difusión ha ayudado a que cada vez más personas descubran que no todas las kombuchas son iguales, y que el origen sí importa.
Gracias a su calidad y enfoque ético, la marca ha sido reconocida en eventos internacionales como el World Kombucha Awards y el Kombucha Kup. Estos premios celebran no solo el sabor, sino también el proceso, la trazabilidad de los ingredientes y la coherencia entre discurso y práctica.
Además de validar su trabajo, estas distinciones posicionan a Kombucha Valle Sana como una propuesta relevante dentro del mapa mundial de bebidas fermentadas. Es una muestra de que desde México se puede competir a nivel internacional con propuestas honestas, cuidadosas y profundamente comprometidas con el origen.
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Actualmente, la marca ofrece diferentes sabores que van desde notas frutales hasta combinaciones herbales con ingredientes nativos como jamaica, albahaca y jengibre. Todas las fórmulas están diseñadas para respetar el equilibrio natural de la bebida, sin sobrecargarla de endulzantes ni ingredientes innecesarios.
Puedes encontrar Kombucha Valle Sana en tiendas especializadas, cafés orgánicos y mercados en Ciudad de México, así como a través de su página oficial. Cada presentación se entrega en envases reutilizables y cuenta con etiquetado claro sobre sus ingredientes, proceso y fecha de elaboración.