No podemos hablar de la historia del café lechero, sin mencionar al Gran Café de la Parroquia, un lugar que data del siglo XIX.
No podemos hablar de la historia del café lechero, sin mencionar al Gran Café de la Parroquia, un lugar que data del siglo XIX y es conocido a nivel mundial, como: “el lugar que se debe visitar”, si vas a Veracruz.
El “lechero” es una mezcla de café con leche que se sirve en tu mesa, pero no solo eso. La historia cuenta que durante la época de su creación, las rutas del tranvía pasaban por las principales calles de Veracruz, razón por la cual los conductores, hacían sonar su campana con el fin de que el establecimiento tuviera lista su orden.
Es por eso que el tradicional “lechero”, se sirve en las mesas veracruzanas después de tocar la campana. Si vas al Gran Café de la Parroquia, puedes ver como los meseros van de un lado a otro sirviendo leche caliente en vasos que ya tienen un concentrado de café. La forma en que sirven la leche, hace que se forme una espuma en la superficie. Este ritual es obligado en las paradas a este tradicional café.
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Servir de este modo la leche, es todo un arte, pues muchos de los meseros que lo hacen, llevan más de 30 años trabajando en el lugar. Es así como la tradición del café con leche perduró en el puerto.
Actualmente el Gran Café de la Parroquia recibe a más de 3 mil comensales en época alta, y llegan a vender hasta 5 mil tazas de esta deliciosa bebida. Además de la venta de “lechero”, cuentan con comida estilo cubano, desayunos y las famosas bombas: conchas con frijoles y queso.