Conoce algunos de los estilos de vino caliente más emblemáticos de Europa. Sumérgete en las tradiciones y recetas que definen esta bebida invernal.
El vino caliente es un símbolo de calidez, tradición y celebración en los meses más fríos del año. Desde los mercados navideños de Alemania hasta los hogares en todo el mundo, esta bebida preparada con especias se disfruta en todo el continente europeo, adaptándose a los ingredientes y costumbres locales. En esta nota te presentamos algunos de los estilos de vino caliente más emblemáticos de Europa: desde sus orígenes hasta los ingredientes que los hacen únicos.
Por: Desiree Perea
La tradición del vino caliente tiene raíces profundas que se remontan al Imperio Romano. Los romanos calentaban vino y lo mezclaban con especias para mejorar su sabor y preservarlo durante el invierno. Esta práctica se extendió con el tiempo a través de Europa, adaptándose a las preferencias e ingredientes locales. Hoy en día, se ha convertido en una bebida asociada con festividades navideñas y momentos de reunión.
Actualmente los estilos de vino caliente, permiten conocer no sólo sobre la versatilidad de ingredientes de cada lugar, sino también sobre las tradiciones que se mantienen vigentes. En cuanto a su preparación, esta bebida tiene como característica esencial el uso de hierbas aromáticas y especias. Eso sí, cada país ha presentado diferentes combinaciones para así hacer oficial su propia versión.
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En primer lugar, esta es una receta de vino caliente muy popular en países como Suecia, Noruega y Dinamarca. Este estilo incluye una mezcla de especias más intensa y suele incorporar frutos secos, pasas y almendras, que se añaden directamente a la bebida. Como característica principal, esta versión suele ser ligeramente picante gracias al jengibre. La clave dentro de los estilos de vino caliente está en no dejar hervir el líquido. Debe mantenerse en temperatura para permitir que los ingredientes liberen su aroma y sabor, sin que el vino piérdales sus propiedades.
Este es quizás el estilo más reconocido de vino caliente en Europa. La receta tradicional sí o sí utiliza vino tinto (no hay cambio). Se endulza con azúcar y se cocina a fuego bajo con naranja; es recomendable dejar la cáscara para así lograr un sabor más profundo, ligeramente amargo. Dentro de las especias tradicionales, el glühwein incluye barras de canela, clavo, anís estrella y cardamomo. Lo mejor es añadir de menos a más para ir identificando la intensidad de las especias.
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Por otro lado, el Smoking Bishop es una bebida emblemática de las festividades inglesas de fin de año. Se cree que su nombre proviene de la forma en que el vino se servía, en un recipiente parecido a una mitra episcopal. De hecho, su popularidad fue gracias a que la receta se menciona en una historia navideña de Charles Dickens. Tiene como protagonista el oporto (aunque algunos también añaden vino tinto), que se infusiona con pimienta gorda, canela y clavo.
Finalmente, esta bebida es un tesoro histórico que que se remonta a la Antigua Grecia. Originalmente, esta bebida se usaba con fines medicinales, ya que se creía que la miel y el vino calentado ayudaban a combatir resfriados y dolores de garganta. Algunas versiones permiten prepararlo con vino blanco. Pero sin importar la elección, se especia con canela y clavos de olor. También es importante mencionar que esta receta deja brillar el sabor del vino, por lo que no se incluye naranja ni alguna otra fruta fresca.
El vino caliente es una tradición que conecta culturas y generaciones. Desde el glögg escandinavo, pasando por el smoking bishop británico hasta el oinomelo griego, cada estilo ofrece una experiencia única. Estos vinos especiados no solo calientan el cuerpo, sino también el espíritu, convirtiéndose en el acompañamiento perfecto para los días fríos. Ya sea que prefieras probarlos en sus lugares de origen o aventurarte a prepararlos en casa, los estilos de vino caliente nunca decepcionan.