A tan solo tres horas de la Ciudad de México se localiza el municipio de Huichapan, en el estado de Hidalgo. Este denominado Pueblo Mágico resguarda entre sus calles, desde el 2012, una singular bebida que se ha convertido en un símbolo en la entidad: el carnavalito.
La fiesta que se bebe
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El carnavalito es una bebida elaborada con jugo de naranja, tequila blanco o mezcal, jarabe de canela y piloncillo. Aunque pareciera un trago simple, la verdad es que esta tradicional bebida es toda una revelación para el gusto. ¿El secreto? El proceso de fermentación por el cual pasa antes de ser consumido.
Por Scarlette Trejo
En el municipio de Huichapan, Hidalgo, el carnavalito es todo un símbolo de identidad. No hay tienda en el centro histórico que no lo venda, ni turista que no lo pruebe. Su elaboración se hace de manera totalmente artesanal y, aunque posee sólo un 5% de alcohol, bastan sólo unos tragos para sentir el efecto del destilado en tu cuerpo.
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En las festividades de la región es común que sean los hombres los encargados de preparar el carnavalito, aunque también las mujeres y niños participan. Para su elaboración, primeramente lavan, cortan y exprimen la naranja.
Una vez que han exprimido todo el jugo, lo cuelan para quitar impurezas como semillas o algún insecto. Posteriormente, llevan el jugo con canela y piloncillo a fuego alto y, cuando éste ha llegado a hervor, lo reservan en grandes tinacales. El último paso es agregar el destilado: usualmente el mezcal o tequila blanco son los más utilizados.
Los enormes tinacales o tambos utilizados son sellados y se dejan fermentar de 15 a 28 días, para poder consumir la bebida.
En el lugar es común encontrarlo en tiendas de abarrotes o casas que lo preparan de manera artesanal. El precio es bastante económico: un litro de carnavalito oscila entre los 60 y 80 pesos.
Una bebida con historia
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Según relatos de los vecinos de este Pueblo Mágico, el carnavalito se originó después de la llegada del ferrocarril a este lugar. Al ser una región árida, la naranja no llegaba con facilidad; no fue sino hasta que se implementaron las primeras vías férreas que los pobladores pudieron disfrutar de este fruto.
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Respecto al origen del carnavalito, se cree que fue un hacendado quien lo creó. Según el relato, siempre que viajaba a caballo llevaba una anforita con tequila y unas naranjas que le daba su esposa. Al ser tan fuerte el sabor del tequila, lo “escondía” con el jugo de las naranjas. Pero para él no era suficiente.
A fin de evitar perdida de tiempo en su recorrido, decidió preparar su bebida desde casa agregando jugo de naranja y jarabe de piloncillo y canela. Fue así como surgió el carnavalito.
Sean o no ciertos estos relatos, la verdad es que el carnavalito es una bebida excepcional que debes probar. ¿Se te antoja?
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