La Rioja Alavesa, ubicada en el País Vasco, es una región reconocida internacionalmente por su tradición vinícola y su compromiso con la calidad. Con paisajes que combinan viñedos centenarios y pueblos pintorescos, esta área es el corazón de la producción de vinos que destacan por su elegancia. Su clima y suelos diversos permiten la creación de etiquetas de gran prestigio, posicionándola como un referente enológico a nivel global.
Por: Isis Malherbe
En un evento memorable que reunió lo mejor de la tradición vinícola y la alta cocina, el restaurante Bella Aurora se convirtió en el escenario de un maridaje excepcional con etiquetas seleccionadas de la Rioja Alavesa. La cita fue organizada en colaboración con el Basque Culinary Center y la Diputación Foral de Álava, logrando una sinergia entre gastronomía y cultura.
La reconocida chef Elena Reygadas, recientemente galardonada, diseñó un menú exclusivo que resaltó las cualidades de cada vino presentado. Con una cuidadosa selección de ingredientes y técnicas culinarias, Reygadas logró equilibrar los sabores de los platillos con los matices característicos de los vinos de la Rioja Alavesa, destacando su riqueza y variedad.
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Tradición y modernidad en cada etiqueta
Los vinos seleccionados para este evento fueron una representación fiel de la tradición vinícola de la región, conocida por sus paisajes y procesos artesanales. Cada etiqueta fue cuidadosamente elegida para mostrar la calidad y el carácter distintivo que hace de la Rioja Alavesa un referente enólogico a nivel mundial. Los asistentes disfrutaron de una explicación detallada sobre las notas aromáticas y sabores de cada vino, guiada por expertos.
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El menú consistió en tres tiempos cuidadosamente diseñados para complementar cada etiqueta seleccionada. El primer tiempo incluyó una ensalada de verduras encurtidas y tatemadas con verdolagas. Como segundo tiempo, se sirvieron ravioles de castaña acompañados de puré de papa y trufa negra. Para cerrar con los platos principales, el tercer tiempo presentó un flat iron de res Wagyu acompañado de alcachofas y salsa marsala. Finalmente, el postre consistió en un Panettone servido con sabayón y chocolate, una combinación que culminó la experiencia de manera excepcional.
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La colaboración con el Basque Culinary Center
El evento también destacó por la participación del Basque Culinary Center, que aportó su conocimiento en innovación gastronómica. Este centro, reconocido internacionalmente, fue pieza clave para la organización del evento, reforzando el vínculo entre el patrimonio culinario y las tendencias actuales. Este evento reforzó la importancia de preservar tradiciones, y también demostró el impacto de las colaboraciones entre chefs de prestigio y organizaciones especializadas.
