El Día de Muertos es una de las celebraciones más importantes en México. Es el momento del año donde las familias honran a sus seres […]
El Día de Muertos es una de las celebraciones más importantes en México. Es el momento del año donde las familias honran a sus seres queridos que ya no están con ofrendas llenas de colores, sabores y aromas. Entre los muchos elementos que conforman esta tradición, el atole de mandarina y cempasúchil destaca como una bebida ancestral llena de sabor; que representa la riqueza culinaria de Jalisco, así como el respeto por las costumbres y creencias relacionadas con el ciclo de la vida y la muerte.
En esta nota, te contamos a detalle sobre esta bebida que hace menos los efectos del frío que comienza a hacerse presente. Una bebida reconfortante, con especias y un toque dulce presentes que no deja morir las tradiciones en México. Así, el atole de mandarina y cempasúchil se mantiene como un imperdible durante el otoño.
Por: Desiree Perea
El atole ha sido una bebida esencial en las ofrendas de Día de Muertos, no solo en Jalisco sino en todo México. Representa la hospitalidad hacia las almas y una forma de compartir con ellos los alimentos que en vida disfrutaban. Además, específicamente el atole de mandarina y cempasúchil aprovecha elementos de temporada, haciendo de esta bebida un símbolo importante del otoño en México.
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El cempasúchil, tiene un papel fundamental en las ofrendas de Día de Muertos por su color brillante y su significado simbólico como guía espiritual. Se cree que su fragancia ayuda a los difuntos a encontrar el camino de vuelta al mundo de los vivos. Por otro lado, la mandarina es una fruta fresca que se cosecha durante la temporada de otoño; lo que la convierte en el complemento perfecto para el atole en esta época del año.
El procedimiento comienza con la preparación de la mezcla base donde se concentrará la consistencia característica del atole. En una olla, debes diluir la masa de maíz en la leche; una vez que te aseguras que no hay grumos, entonces se agrega la cáscara de mandarina, la cúrcuma y la canea para infusionar la mezcla.
Por otro lado, con ayuda de la licuadora o de un procesador de alimentos, es necesario licuar los pétalos con ayuda de la taza de agua. Una vez lista esta segunda preparación, sin dejar de mover, se debe incorporar a la mezcla de leche. Debes cocinar el atole a fuego medio por al menos 10 minutos, hasta que comience a espesar.
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Este es el momento adecuado para añadir azúcar al gusto; puedes optar por piloncillo o azúcar tradicional. Finalmente, al momento de servir, como toque final puedes espolvorear un poco de canela en polvo en la parte superior. Esta bebida es perfecta para acompañar las tardes, o bien, para iniciar el día; siempre junto a una pieza de pan dulce, no hay más.
El atole de mandarina y cempasúchil no solo es una bebida deliciosa, sino también un recordatorio de la riqueza cultural y gastronómica de Jalisco. Cada sorbo es una celebración y homenaje a quienes ya no están, pero cuya memoria vive a través de las tradiciones. El Día de Muertos es una festividad que invita a reflexionar sobre el ciclo de la vida y la muerte. Sin duda, esta bebida es un tesoro que debe ser preservarse y compartirse para mantener vivas nuestras tradiciones.