Hoy vine a Madereros, un restaurante del que había escuchado muchas cosas buenas y que finalmente pude comprobar por mí misma. El restaurante abrió sus puertas en octubre y está ubicado en la colonia San Miguel Chapultepec. Es uno de los pocos restaurantes fine dining como tal en la zona, así que se ha convertido en un lugar recurrente entre los vecinos y entre comensales de toda la Ciudad de México que buscan comer extremadamente bien, en un ambiente acogedor y sumamente atento.
Madereros toma ese nombre porque antes Avenida Constituyentes -a unas cuadras del restaurante- se llamaba Avenida Maderería, ya que por ella llegaban los camiones que transportaban madera desde el Estado de México. Y, también, por su propuesta culinaria, basada en preparaciones ahumadas, a la leña, al fuego.
El concepto gastronómico, a cargo del chef Mario Espinosa, está enfocado en una cocina de producto donde los ingredientes destacan a partir de preparaciones honestas y sencillas, pero no por eso poco interesantes. Al contrario, la maestría del chef, su experiencia en restaurantes como Pujol, Rosas & Xocolate y K’u’u’k, y su pasión, cobran vida en platillos de sabores auténticos ejecutados con sofisticación. Ahumados perfectos que realzan por igual proteínas y vegetales en combinaciones sublimes, sin pretensiones.
Madereros, cocina sencillamente compleja
La carta varía cada día, según los ingredientes, que siempre son fresquísimos y de temporada, lo cual es ideal para degustar nuevas opciones en cada visita. También hay platos que se conservan en el menú, y que se han convertido en favoritos. La picaña con puré de berenjena, vegetales a las brasas y chimichurri -verdaderamente espectacular- es una de las estrellas de Madereros.
Otras delicias son las croquetas de jaiba; el atún sellado con un pipián delicioso que nos remite a India y chile padron.
El chamorro de cerdo; la ensalada de betabel; el queso mozarella a la parrilla; la pasta -de Cottura, la casa de pastas artesanales del chef Espinosa- con ragú de cola de res.
Y de postre no puedes dejar de probar el pastel de queso parmesano con helado de macadamia.
Puedes acompañar todas estas delicias con vinos mexicanos e internacionales, o cocteles, como un delicioso Aperol Spritz.
La salsa de la casa, con chiles güeros, serrano tatemado y cítricos, sobre tostadas se maíz criollo de Pochutla, Oaxaca, es adictiva. Un picor perfecto que se hace sentir, y luego da una tregua al paladar para estallar en mil sabores.
Todo es riquísimo, cada platillo tiene algo único y memorable. Decir qué me gustó más es imposible porque todo me ¡fascinó! Una cocina que parece sencilla y que, a la vez, nos hace saber que ha sido diseñada y elaborada con un verdadero saber hacer y un dominio total de los ingredientes y las técnicas, como el del chef Mario Espinosa y su equipo.
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Espacios exquisitos
Otro acierto de Madereros es el lugar: una casa antigua restaurada, en un precioso color rosa mamey denominado Querétaro, que resulta vibrante y a la vez acogedor. Un tono dinámico que se transforma según la luz y la sombra.
El espacio está conformado por diferentes salones, perfectos en estos momentos, ya que te permiten tener intimidad. Y la decoración es exquisita. Por doquier vemos piezas del gran diseñador industrial Ricardo Casas -socio de Madereros- y de artistas de su galería, que dotan de detalles sorprendentes al ambiente.
Madereros ofrece desayunos, comidas y cenas. Y por lo que me han contado, los desayunos son ¡maravillosos! Hay muchas cosas buenas que puedo decir de este restaurante, pero te invito a que las descubras por ti mismo. Vale la pena totalmente y te aseguro que comerás exquisito.
Dónde: Madereros. Calle General Antonio León 70-A, San Miguel Chapultepec, CDMX. Reservaciones y más información en la página web o en Facebook.
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