Ubicado en un inmueble minuciosamente restaurado, cuyas paredes cuentan la historia de la ciudad de Puebla, Azul Talavera Hotel es la nueva cara de la hospitalidad de lujo en esta ciudad.
Con una administración independiente, 100% mexicana, el hotel busca ofrecer a sus huéspedes un aspecto distinto de esta región y resaltar sus bondades, entre ellas la deliciosa gastronomía de la zona. En este espacio convergen la herencia histórica, cultura y tradición, con la modernidad, elegancia y lujo de la hospitalidad contemporánea.
DISEÑO Y SERVICIO DE LUJO
Ambos mundos llegan a su punto de encuentro en este hotel situado en la calle 10 Norte en el Barrio del Alto del centro de Puebla. Las 78 habitaciones gozan de un diseño que habla de la tradición artesanal poblana, con detalles en talavera, piedra y herrería. Al mismo tiempo se encuentran equipadas con lujosas amenidades, como pantallas planas de alta definición, baños de mármol, duchas de lluvia, fino mobiliario en madera y piel y un servicio personalizado para hacer de la estancia de sus huéspedes una experiencia única e inolvidable.
El arte es una parte muy importante de Azul Talavera Hotel. Además de reflejarse en su arquitectura, también se plasma sobre sus muros. En todos los espacios comunes y también en las habitaciones se encuentra un total de más de 90 obras que fueron creadas para el hotel de la mano de artistas mexicanos.
Dentro de las piezas de arte que están exhibidas se encuentran algunas de la autoría de Vicente Rojo, Jordi Boldó y Amador Montes, así como una colaboración del cubano Luis Miguel Valdés. Una de las obras más representativas del hotel es un imponente caballo colocado en la entrada, creado por Gustavo Aceves que pertenece a su famosa colección “Lapidarium”.
LA COCINA LOCAL
La gastronomía es una de las joyas de la historia de Puebla, destino responsable de haber creado varios de los platos que definen la cocina mexicana, como el mole o los chiles en nogada. Esta herencia culinaria se lleva a los paladares de quienes visiten los restaurantes Pasquinel Bistrot o Café Azul Talavera, junto con otros platos de inspiración internacional, envueltos en una decoración contemporánea y sofisticada.
La icónica Capilla del Cirineo y los legendarios Lavaderos de Almoloya rodean a este recinto y sus muros reflejan historias que datan del siglo XVIII. Incluso se le rinde tributo a estos espacios a través del Bar Los Lavaderos que deleita a los visitantes con una amplia selección de cocteles, así como destilados de alta gama, entre los que destacan excelentes tequilas y mezcales.
EL ENTORNO
Los antiguos edificios que envuelven al hotel son solo una muestra de toda la riqueza histórica que se vive en la ciudad de Puebla, basta con apreciar las decenas de iglesias que se encuentran en toda la ciudad o los múltiples monumentos que se posan en sus calles.
La impactante terraza de Azul Talavera Hotel goza de una de las mejores vistas de la ciudad y desde aquí se pueden apreciar las pintorescas cúpulas de las iglesias poblanas, detalles del centro de la ciudad y una vista panorámica de los volcanes más cercanos, esto mientras se disfruta de cocteles artesanal en Rooftop Bar o de la apacible alberca con matices azul cobalto ubicada en la parte más alta del hotel. Sin duda, uno de lo más exclusivos rincones de Puebla para olvidarse de todo.
UN SPA DISTINTO
Además del servicio de primer nivel y las experiencias personalizadas que se pueden crear para cada huésped, en las instalaciones se encuentra un exclusivo spa que conjunta sabiduría milenaria con vanguardia. El spa está diseñado para ofrecer a los huéspedes una experiencia de relajación que a la vez los conecte con la herencia del destino.
Los tratamientos han sido creados para combinar algunas de las tradiciones curativas ancestrales de la región con los más innovadores productos de belleza. Los huéspedes que están en búsqueda de un viaje de bienestar también podrán encontrar un gimnasio totalmente equipado para no perderse ni un día de su entrenamiento.
La historia tiene muchas maneras de contarse, y en Azul Talavera Hotel no es solo aprender sobre el pasado, sino vivir la historia misma entre las paredes que la resguardan, al mismo tiempo que se escribe el siguiente capítulo.