El espíritu de Gabrielle “Coco” Chanel, y ahora también el de Karl Lagerfeld, están presentes en la renombrada exposición que recorre el legado creativo de la firma desde sus inicios hasta las propuestas actuales de la directora creativa Virginie Viard. Se trata de “Mademoiselle Privé”, que en la quinta parada de su ruta mundial llega a Tokio.
Mademoiselle Privé Tokio: Capítulo V
Del 19 de octubre al 1ro de diciembre de 2019, la exhibición será presentada en el Broadcasting & Cable Hall en Tennoz, Shinagawa. Este quinto capítulo ofrecerá una inmersión diferente a sus previas ediciones, a través de una scenografía completamente renovada. La muestra recorre los tres mundos creativos de Chanel: la Haute Couture, que contiene la esencia de la casa colección tras colección; el legendario perfume Nº5 creado en 1921; y la reedición de Bijoux de Diamante, la única línea de alta joyería diseñada por la fundadora de la maison en 1932.
La Rue Cambon 31
En la famosa calle, considerada el epicentro creativo de Gabrielle, todo comienza con una escalera. Escenario de pasarelas e icónicas fotografías, este esqueleto de una época conecta a la boutique con la planta baja, al salón de alta costura con el antiguo apartamento de la diseñadora, así como a su estudio de diseño con los talleres de artesanos de alta costura. Así, la pieza arquitectónica no podía faltar en la curaduría de “Mademoiselle Privé”, en Tokio, como parte de la sección Espejo blanco (Mirror White).
Los colores de Chanel
La exhibición está articulada en cinco secuencias representadas por colores. En el área de blanco están las icónicas escaleras con espejos, así como las siluetas en ese tono. Mientras tanto en el beige, color que dominaba la decoración de la casa de Coco en su propia villa (“La Pausa” en Riviera) se muestra la fuerte presencia de esta influencia en los diseños de Lagerfeld.
Probablemente el negro sea el color que mejor caracteriza las decisiones visionarias de Mademoiselle Chanel, así que este ambiente no podía faltar en la exhibición. El rojo, por su parte, es protagonizado por un escritorio habitado por libros envueltos en seductora piel roja. Ahí está representado el apartamento de Gabrielle, con un bouquet de camelias en cristal; así es representado lo que la diseñadora llamaba “el color de la vida y la sangre”.
El dorado barroco constituye otra de las secciones imperdibles. Después de todo, el oro fue una fuente esencial de inspiración para Gabrielle, desde objetos litúrgicos hasta los vestidos brocados, inspirados en mosaicos bizantinos.