¿Te preguntas qué comer en Nápoles? Este lugar ha dado nombre a numerosos platillos (pizza napolitana, helado napolitano, milanesa napolitana). Esa tradición culinaria tan arraigada pero evidentemente expandida incluye platillos icónicos como las pizzas y las pastas. Y, por lo tanto, una de las ciudades más famosas de Italia sin duda merece un recorrido histórico y culinario.
Palazzo Petrucci, el de estrella Michelin
Para empezar, el restaurante tiene una vista hermosa hacia al mar, pero si miras hacia adentro te encontrarás con una cocina completamente abierta. Desde 2007, el chef Lino Scarallo lidera la gastronomía de este lugar que, apenas dos años después, ganó su estrella. La carta consiste en reinterpretaciones de platillos típicos como lasagna y paccheri y nuevas opciones salidas directamente de la mente de Lino.
¿Qué comer en Rumania?, un tour gastronómico por Timisoara
Una de las cosas que más llama la atención del restaurante es la posibilidad de meterte a la cocina y ayudar a la preparación de tus platillos. Todos los miércoles y viernes la cocina se abre para las personas que hayan reservado su lugar.
La pizzeria Di Matteo, el clásico
Incluso Bill Clinton se rindió ante las maravillas de esta pizzería. El lugar, aunque es muy pequeño, se ha vuelto un clásico de la zona. Tiene entre sus reconocimientos decenas de premios locales y el máximo trofeo de la Pizza World Cup. Vale la pena la espera para tener entre tus manos una rebanada de pizza salida del horno de piedra. La técnica y receta del platillo se ha mantenido desde 1936.
¿Qué comer en París?, una cocina gourmet con historia y tradición
Tandem, el multi-recomendado
Las reseñas de Yelp no mienten, este es uno de los lugares favoritos por locales y extranjeros. Si estás en busca de una buena pasta, este es el lugar correcto para probarla. La fama del restaurante ha hecho que abran varias sucursales pero la más solicitada es la que se encuentra en Via Paladino. Como cualquier sitio que se ha hecho famoso, es preciso hacer reservación o tener paciencia antes de arrodillarte ante las maravillas de su cocina.